Allí estaba. No era la primera vez que se veía, pero son tan escasas que había que aprovecharla.
Científicos del Instituto de Investigaciones del Acuario de la Bahía de Monterrey (California, Estados Unidos) avistaron el extraño pez barril en las profundidades del cañón submarino de esa bahía. Solo la novena vez que lo han podido captar. Es el Macropinna microstoma y fue observado por un vehículo operado a remoto.
Pero ¿qué tiene de particular este pez? Que no tiene ojos pero ve. Dos puntos negros en la parte frontal parecen pero no son, comprenden el órgano del olfato. ¿Entonces cómo ve? Sus ojos están dentro del cráneo, que es translúcido. Son de un color verde resplandeciente y su movimiento fue observado cuando se dirigía a cazar. Tienen una increíble versatilidad, moviéndose hacia arriba, a la parte superior o hacia el frente del cráneo.
Las dos cápsulas que se sitúan al frente de los ojos tienen una función olfativa.
Este pez vive entre los 200 y 1000 metros de profundidad del mar de Bering a Japón y la Baja California, una profundidad cerca de donde comienza la oscuridad de las profundidades marinas.
Los científicos tienen muy poca información sobre cómo estos peces de cabeza gelatinosa nadan por las profundidades. Se sabe que no son tan comunes como otros peces que andan por la misma zona. Se cree que se mantienen muy quietos a la espera de zooplancton o de medusas, lo que logra con sus aletas delgadas que se extienden fuera del cuerpo. Colocando sus verdosos ojos hacia arriba pueden ver la silueta de su presa yel pigmento verde ocular probablemente ayuda a filtrar la luz.
Cuando detecta la presa, se dirige a ella y coloca sus ojos al frente, para seguirla.
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