jueves, 4 de julio de 2019

¿Son saludables los endulzantes artificiales?



Endulzantes no son neutros en materia de salud. Foto Flickr

Están aprobados para uso humano, reducen la caries y los altos picos de azúcar, ¿pero son saludables?
Los endulzantes son cuestionados por los resultados de un nuevo estudio. En él, científicos expusieron a ratonas lactantes y preñadas a la sucralosa y acesulfame-K, una combinación usada en bebidas gaseosas, suplementos deportivos y otros productos endulzados. Lo que hallarlo no fue bueno.
Esos aditivos hacían que los ratoncitos desarrollaran nocivos cambios metabólicos  en las bacteria estomacales.
Publicado en Frontiers in Microbiology, el estudio refuerza un consenso cada vez más fuerte: los endulzantes artificiales pueden ser seguros cuando los adultos los usan con moderación, pero no son una alternativa mágica para el azúcar.
“Se cree que los endulzantes no nutritivos son seguros cuando se emplean con moderación”, dice John Hanover, a glicobiólogo y autor senior de esta investigación del Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón de Estados Unidos.
Sin embargo, el dulzor mismo parece imitar hasta cierto punto los efectos del azúcar en activar la secreción de insulina, inflamación y cambios en el microbioma estomacal, algo que promueve el almacenamiento de grasa y la diabetes tipo 2”.
Y como se sabe que los endulzantes pasan en pequeñas cantidades por la placenta y la leche materna, los investigadores querían saber si esos cambios metabólicos y del microbioma se daban en los descendientes tras su ingestión por la madre, a las que suministraron la dosis diaria aceptable.
“A menudo los endulzantes son usados en combinación, en parte porque la mezcla reduce el sabor amargo que algunos consumidores experimentan”, dijo Kristina Rother, una de las investigadoras. Esa combinación puede amplificar los efectos metabólicos y en el microbioma, explicó Sthephanie Oivier Van-Stichelen, quien también participó. Por eso usaron aquellos dos productos.
El análisis de la sangre, orina y heces de 226 ratoncitos confirmó que ambos endulzantes se transmiten prenatalmente, afectando el metabolismo y el microbioma.
En embarazo se deben usar con moderación, salvo la sacarina, que está prohibida.
Pero es difícil establecer su presencia pues se usan en muchos productos, desde alimentos a pasta dental y medicamentos.
O sea que la etiqueta de venta, cero calorías, no es tan sana como parece.

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