jueves, 17 de agosto de 2023

Se enfureció al Sol

La actividad en el Sol es constante, pero en este ciclo, el número 25, ha sido mucho más fuerte. Los efectos se sentirán más de continuar así. Foto Nasa 


Más intenso de lo que se esperaba y por eso ha habido problemas en las comunicaciones satelitales en ciertos momentos, aunque también más auroras de lo normal. Sí, este ciclo solar está muy activo, cuando se esperaba que el máximo se presentara en 2025.

Un ciclo solar dura 11 años. La actividad sube y baja. Cuando está en el pico se observan más manchas solares, emite más radiación y también más llamaradas, que dirigidas hacia la Tierra generan las auroras para también afectan las comunicaciones y pueden estropear satélites.

Un ejemplo: en febrero de 2202 lanzaron 49pequeños satélites Starlink de SpaceX, hacia una órbita baja. Pues bien el día del lanzamiento se produjo en el Sol una eyección de masa coronaria -una gran cantidad de plasma expedida desde el Sol-, golpeó la Tierra y como consecuencia 38 de los 49 satélites se perdieron, cayeron de vuelta a la Tierra por la densidad del aire producto de la mayor energía generada por el plasma.

En el ciclo pasado, que terminó en 2019, el número 24 (se rastrean desde 1755) hubo 927 tormentas solares moderadas o débiles, una cada cinco o seis días.

El actual ha excedido este año lo que se esperaba sucediera en el pico máximo de 2025- Por eso ha habido más tormentas geomagnéticas, más auroras y más problemas para los satélites en órbita terrestre.

Cuando la energía del tiempo espacial entra a la atmósfera superior de la Tierra, la composición ionosférica cambia además de que el aire se torna más denso. Las radio comunicaciones de onda corta dependen de una ionosfera predecible para transmisiones de larga distancia. 

Las tormentas geomagnéticas que afectan la composición ionosférica pueden provocar cortes en las señales de radio, como sucedió en Norteamérica el pasado 7 de agosto, unos bloqueos que pueden durar horas y en todo un lado del globo terráqueo.

Si la tormenta es muy fuerte, puede generar cortes de energía severos, como sucedió en Quebec, Canadá, en 1989: se quedó sin servicio de energía durante nueves horas.

El Sol nos da energía, pero también no las puede quitar.


Nota; con datos de The Conversation


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