domingo, 27 de agosto de 2023

Sí, los humanos serán cada vez más cerdos

Así es un riñón humano. Ante la escasez de donantes se recurrirá a usar órganos de cerdo y luego de otros animales. Foto Wikipedia


Cada vez seremos un poco más cerdos. Bueno, hay algunos que ya lo son, pero más allá de esto hay una situación que hará que lo seamos: los xenotrasplantes.

Científicos trasplantaron un riñó de cerdo a una persona con muerte cerebral, cuyo corazón seguía en funcionamiento. El riñón, con una pequeña modificación genética, funcionaron sin problema durante 32 días que duró la prueba.

"Este trabajo demuestra que un riñón de cerdo -con solo una modificación genética y sin medicinas experimentales ni dispositivos- puede remplazarla función de un riñón humano por al menos 32 días sin que sea rechazado", dijo Robert Montgomery, director del NYU Langone Transplant Institute, dependencia que ha realizado ya cinco xenotrasplantes (de un animal a otro).

Montgomery y su equipo ya habían hecho otros dos trasplantes de riñón de cerdo y dos de corazón en pacientes con muerte cerebral.

En este tipo de trasplantes se debe prevenir el rechazo hiperagudo, que se da apenas el órgano es conectado al cuerpo de la persona y su sistema circulatorio. Para esto se debe desactivar un gen. Además la glándula timo del cerdo, responsable de educar al sistema inmunitario, se ha puesto bajo la capa externa del riñón. Estas dos acciones han demostrado que así se evita el rechazo.

Los análisis mostraron que el riñón de cerdo comenzó a funcionar bien produciendo orina de inmediato y los niveles de creatinina, un producto de desperdicio que se halla en la sangre y que indica el funcionamiento renal, se mantuvieron en niveles adecuados.

Este trasplante fue posible gracias a que la familia del paciente de 57 años con muerte cerebral lo donó. Por ciertas circunstancias sus órganos no eran aptos para donación.

El avance conducirá a que un día se pueden trasplantar órganos de cerdo a personas que pueden morir a la espera de los escasos donantes de órganos.

Anteriores trasplantes se habían hecho con 10 modificaciones genéticas, mientras que este con solo dos facilita las intervenciones.

El monitoreo del riñón trasplantado proseguirá por otras cuatro semanas, con autorización de la familia y los comités especializados.


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