domingo, 13 de agosto de 2023

Sobrevivieron a los dinosaurios, tal vez no a los humanos

Hongos del género Takakia, unos fósiles vivientes que viven malos momentos. Foto Xuedong Li/Capital Normal University, China


Conocieron a los dinosaurios y los vieron pasar de largo. Ninguno de los cataclismos que derivaron en grandes pérdidas de especies, los afectó. Tienen cerca de 400 millones de años y siguen acá, con nosotros, aunque no parece que resistirán a la especie que más daño ha hecho: el Homo sapiens. El cambio climático los tiene contra la espada y la pared y van perdiendo el duelo.

Se trata de los musgos del género Takakia y sus dos especies T. ceratophylla y T. lepidozioides, que crecían en la gran masa terrestre de India y cuando esta chocó con Asia dando origen a los Himalayas, poco a poco se adaptaron y comenzaron a ascender por estos.

"Todos hablan de los dinosaurios y se emocionan con ellos", dice Ralf Reski, biotecnólogo de plantas en University of Freiburg en Alemania. "Pero estos musgos han visto llegar a irse a los dinosaurios.

Aquellas dos especies crecen juntas en la meseta del Tíbet y cada una vive independiente en algunos otros lugares, como Alaska y British Columbia, dice una nota en Nature que analiza el reporte científico en el journal Cell.

Las briofitas son un grupo de plantas que cobija los musgos y otras y no se sabía dónde encajaban las Takakia spp. El análisis del genoma de T. lepidozioides confirmó que son musgos raros. Este, se encontró, tiene el mayor número de genes de rápida evolución registrados en una planta.

Reski y colegas analizaron fósiles de este hongo de hace 165 millones de años hallados en Mongolia. Vieron que Takakia es único porque en su exterior tiene características de las primeras plantas, que no han cambiado desde que se resultaron fosilizadas.

Pero en el interior identificaron 122 genes que han evolucionado muy rápido desde entonces, algunos de los cuales les permiten vivir en ambientes extremos. Las secuencias de genes contienen un elevado número de mutaciones que derivaron en nuevas variantes de proteínas, dos veces el número de genes de rápida evolución en comparación con otro musgo tibetano, Herbertus sendtenri.

Se encontró también que el género Takakia está en riesgo. En la década pasada en la meseta tibetana poblaciones de estos hongos decrecieron1.6 % cada año, más rápido que otros hongos. De hecho T. ceratophylla está clasificado como vulnerable por la lista roja de la Unión para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Están afectados por el calentamiento global, aunque también por la calidad del aire y la humedad.

Se codearon con los dinosaurios, pero parece que no resistirán la mano humana.

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