A 70 millones de años luz de la Tierra hubo una tremenda explosión, una estrella que acabó sus días en una explosión de supernova, que fue seguida por el telescopio espcial Hubble.
Está en la galaxia NGC 2525 hacia la constelación Puppis en el cielo del sur, una supernova conocida como SN2018gv, avistada inicialmente en enero de 2018.
La toma de la supernova es parte de un proyecto para medir la expansión del universo, pues supernovas de este tipo, denominadas Ia sirven como puntos para medir esa tasa. Son explosiones que se dan cuando una estrella enana blanca en un sistema binario (dos estrellas) acreta material de su compañera. Si la enana alcanza una masa de 1,44 la del Sol, su núcleo se calienta tanto como para iniciar la fusión de carbono, activando un proceso termonuclear que fusiona grandes cantidades de oxígeno y carbono en cuestión de segundos. La energía liberada despedaza la estrella en una violenta explosión expulsando material a un 6 % de la velocidad de la luz y emitiendo gran cantidad de radiación.
Una supernova Ia brilla 5000 millones de veces el Sol antes de desvanecerse.
La estrella que explotó se encuentra en la parte externa de la galaxia, en un brazo espiral, y sobresale con su brillo sobre las demás, brillo que poco a poco fue decayendo: en un año pasó de ser notoria a haberse perdido entre las estrellas de la galaxia y millones más.
En este video se ve el acercamiento a la galaxia NGC2525:
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