Quien crea que el fondo del océano está lleno de arena y diversas formas marinas, olvida algo muy importante: está repleto de microplásticos, que se han triplicado en las últimas dos décadas.
Esa es la conclusión de un estudio del Instituto de Ciencia Ambiental y Tecnología de la Universitat Autónoma de Barcelona (España) y del Departamento de Ambiente Construido de Aalborg University, que reconstruyeron la polución por microplásticos a partir de sedimentos del noroeste de mar Mediterráneo.
A pesar de que el piso marino sea considerado el sumidero final de los microplásticos que flotan en la superficie del océano, la evolución histórica de esta fuente contaminante en el sedimento, y en particular el secuestro y la tasa de entierro de las pequeñas partes en el lecho oceánico, no se conocía.
En la investigación, publicada en Environmental Science and Technology, se muestra que los microplásticos son retenidos inalterados en los sedimentos marinos y que el secuestro del material en el piso sigue la producción global de plásticos de 1965 a 2016. "Específicamente, los resultados muestran que, desde 2000, la cantidad de partículas plásticas depositadas en el fondo marino se triplicó y que, lejos de reducirse, la acumulación no se ha detenido siguiendo la producción global y uso de esos materiales", explicó la investigadora de la UAB, Laura Simón Sánchez.
Los científicos explicaron que los sedimentos analizados han permanecido inalterados en el fondo desde que fueron depositados hace décadas. "Esto nos ha permitido ver cómo, desde los 80, pero en especial en las últimas dos décadas, la acumulación de partículas de polietileno y polipropileno de empaques, botellas y películas de alimentos ha aumentado, así como el poliéster de fibras sintéticas de la ropa", dijo Michael Grelaud, investigador de la UAB.
La cantidad de estos tres tipos de partículas alcanza1.5 mg por kilogramo de sedimento recogido, siendo el polipropileno el más abundante, seguido por el polietileno y el poliéster. A pesar de las campañas de concienciación y de la necesidad de reducir los plásticos de un solo uso, los datos de los registros marinos anuales muestran que se está lejos de lograr ese objetivo.
Los científicos pudieron precisar que una vez los microplásticos quedan atrapados en el lecho marino no se degradan, bien por la ausencia de erosión, oxígeno o luz. "El proceso de fragmentación se da en su mayoría en sedimentos de playa, en la superficie del océano o en una columna de agua. Una vez depositados, la degradación es mínima, así que los plásticos de 1960 permanecen en el lecho, dejando la firma de la polución humana", explicó Patrizia Ziveri, profesora en la UAB.
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