Los gatos sí son buenos amigos y prefieren a su humano sobre otras cosas, como sus juguetes o... la comida. Un estudio publicado en Animal Cognition descubrió que no solo reaccionan a un discurso dirigido a ellos (una voz como la que usamos para los bebés) sino que también lo hacen hacia la persona que habla.
Charlotte de Mouzon, una de las autoras y experta en comportamiento felino de la Universidad de París Nanterre, dijo a The New York Times que "descubrimos que cuando los gatos escuchaban a sus dueños usar una voz aguda, reaccionaban más que cuando escuchaban a su dueño hablar en un tono normal a otro humano adulto. Pero lo que fue muy sorprendente es que, en realidad, no funcionaba cuando provenía de la voz de un extraño".
Estudiar estos pequeños felinos no es sencillo. Se estresan en laboratorio y nadie dirá que tuvo un gato quieto durante una resonancia para estudiar su cerebro. Entonces los investigadores fueron a las casas de los gatos y grabaron diversos tipos de conversaciones y de personas distintas.
Al estudiar el material recogido, vieron que sí reaccionaban, de manera sutil, solo un movimiento de oreja o girar la cabeza hacia quien hablaba; incluso, dejar de hacer en lo que andaban.
Algunos se acercaban a quien les hablaban y maullaban. Señales muy claras de atención cuando sus dueños se dirigían a ellos.
Estos felinos demuestran que sí son amigos del hombre, aunque la fama se la han llevado siempre los perros. De Mouzon explicó que "durante años los científicos no formularon las preguntas correctas sobre los gatos". Por eso se entienden menos que los perros.
El hecho de que reaccionen con sutileza no significa que sean distantes según los expertos. Si no acuden cuando los llamamos puede ser por varias razones. La gente piensa que debe ir porque tiene el ejemplo del perro, que sí va cuando se le llama.
"Nuestros resultados realzan la importancia de las relaciones uno-a-uno para los gatos, reforzando reciente literatura sobre la capacidad de los gatos y humanos para establecer lazos fuertes", escribieorn los autores en el artículo.
Así que para no entrar en discusiones, al gato también se le puede considerar un gran amigo del hombre. De su humano.
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