La esperanza es o último que se pierde y eso podría ser cierto para pacientes con mieloma. Una nueva terapia experimental curó al 73 % de los pacientes en dos ensayos clínicos, según investigadores del Tish Cancer Institute en Icahn School of Medicine en Mount Sinai.
La terapia se denomina anticuerpos biespecíficos, se une a ambas células T y a las células del mieloma múltiple y dirige esas células T -células blancas sanguíneas que se pueden alistar para combatir enfermedades- para matar las células del mieloma múltiple. Es como traer la armada justo al enemigo, según los científicos.
Se informó que el éxito de esta inmunoterapia, talquetamab, se dio incluso en pacientes cuyo cáncer era resistente a todas las terapias aprobadas contra el mieloma. Emplea un objetivo diferente a estas, un receptor expresado en la superficie de las células del cáncer, el GPRC5D.
Talquetamab se ensayó en pruebas en fase 1 y 2. Los resultados de la fase 2 fueron presentados en el encuentro anual de la American Society of Hematology el 10 de diciembre. Los participantes del estudio habían sido tratados antes con al menos tres terapias diferentes sin haber logrado la remisión, sugiriendo que esta terapia es una esperanza real para quienes padecen este cáncer.
El mieloma múltiples un cáncer de células plasmáticas, que se encuentran en la médula ósea y son componente importante del sistema inmunitario. La médula es el tejido blando dentro de los huesos, hogar también de otras células sanguíneas, entre ellas los glóbulos rojos.
Cuando las células plasmáticas se tornan cancerosas y crecen sin control, se denomina mieloma múltiple, explica la American Cancer Society.
El éxito indica que "casi tres cuartos de estos pacientes tienen más vida ganada", según Ajai Chari, director del programa mieloma múltiple en aquel centro. "Talquetamab indujo una respuesta sustancial entre pacientes con mieloma múltiple pretratado, recaído o refractario, el segundo cáncer más común de sangre.
Casi todos los pacientes que reciben las terapias estándar, recaen. Se hacen resistentes a las terapias aprobadas y su pronóstico es malo. Por eso estas pruebas, que medían tolerancia y dosis segura, son importantes.
La demora en la respuesta fue en promedio de 1.2 meses y la duración media de la respuesta fue de 9.3 meses con dosis semanales.
Los afectos secundarios fueron frecuentes, pero leves. Cerca de tres cuartos experimentaron el síndrome de liberación de citoquina, una constelación de síntomas que incluyen fiebre, que es usual en las inmunoterapias. Un 60 % experimentó situaciones en la piel, como rasquiña, cerca de la mitad cambios en el gusto y cerca de la mitad también tuvo problemas en sus uñas. Solo 5 a 6 % de los pacientes suspendieron el tratamiento debido a esos efectos.
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