El ejercicio no siempre tiene que ser intenso, ese en el que hay que dejar hasta la última gota de sudor y quedar exhausto durante un muy buen rato. No, hay otras maneras que también lo pueden beneficiar. Y una de ellas es la ráfaga de ejercicios.
Primero, contemos cómo fue que se encontró que son igualmente benéficas. En un artículo publicado en Nature Medicine, los científicos usaron datos de rastreadores de bienestar del Biobank del Reino Unido, una gran base de datoscon información de salud de personas de todo el Reino. Analizaron los datos de 25 000 personas que nop se ejercitaban con regularidad, con una edad ´promedio de 60 años, y les hicieron seguimiento durante siete años. (Fueron incluidas personas que caminaban recreativamente una vez a la semana, pero esa era la máxima cantidad de ejercicio que realizaban).
Aquellos que se involucraban en unas ráfagas de ejercicio de uno o dos minutos tres veces al día, tenían 50 % de reducción en el riesgo de mortalidad cardiovascular y casi 40 % de reducción en el riesgo de morir por cáncer así como por todas las causas de mortalidad, en comparación con aquellos que no hacían esfuerzo alguno.
Pues bien, las ráfagas pueden consistir en subir muy rápido las escaleras o caminar a velocidad mientras van al transporte para el trabajo, por ejemplo.
En 2020, recuerda un informe en The New York Times, un estudio vinculó 4 minutos de ráfaga con una mayor longevidad, otro en 2019 encontró que subir escalas por 20 segundos varias veces al día mejoraba el bienestar aeróbico. Otros han mostrado que repetir intervalos de 4 segundos de actividad intensa puede aumentar la fuerza y contrarrestar los efectos de permanecer sentado durante largo tiempo.
Pero el nuevo estudio demuestra que la persona no necesita salirse de sus actividades para identificar esos pequeños picos de activ idad: los movimientos diarios, intensificados, pueden ser suficientes.
"Realmente enfatiza cómo poca actividad física vigorosa puede ser extremadamente benéfica", expresó Martin Gibala, profesor de kinesiología en McMaster University en Ontario (Canadá), uno de lso autores del estudio.
Emmanuel Stamatakis, cabeza del estudio, del Centro Charles Perkins de la University of Sydney (Australia), explicó: si usted puede cantar durante la actividad, eso es ejercicio suave; si puede hablar sin problemas es ejercicio moderado; lo que recomienda es un ejercicio que solo pueda decir unas pocas palabras o ninguna luego de unos 30 segundos o algo así.
¿Qué otras actividades? Si va del apartamento a la tienda, por ejemplo, acelere el paso dos o tres veces por unas decenas de metros cada vez. No use el ascensor sino las escaleras, si sube dos o más pisos rápido, eso es actividad vigorosa. Cargar 5 % de su peso corporal, como cargando un morral lleno por uno o dos minutos, también califica. O caminar rápido por una calle empinada.
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