domingo, 15 de diciembre de 2019

Por qué fracasó cumbre del cambio climático y qué puede pasar


El nivel del mar afecta ya gran infraestructura y amenaza decenas de ciudades. Foto Wikipedia

Mientras el planeta se recalienta, se deshacen el Ártico y la Antártida, aumentan el nivel del mar y la fuerza de las tormentas y el océano se torna más ácido y duro para la vida, en Madrid los países del mundo fracasaron en su intento de ponerle freno a todo esto y demás problemas serios derivados del calentamiento global y el consiguiente cambio climático.
El Acuerdo de París sigue en el aire. Los compromisos de reducción de gases de invernadero no se han cumplido. Hasta antes de la Conferencia de las Partes (COP) 25 que acaba de terminar en Madrid, reunión anual de los miembros de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), 75 % de las promesas de 184 países eran insuficientes para cumplir la meta deseada: que la temperatura de la Tierra no aumente más de 1,5° Celsius con respecto a la era preindustrial (años 1750).
Tras Madrid, la situación va a empeorar. Un informe previo a la COP25, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, sostenía que había que reducir 7,6 % las emisiones anuales de gases de invernadero hasta 2030 para lograr la ansiada estabilización y el cumplimiento de metas.
Entonces, no se va a lograr. En esta cumbre solo se logró un llamado más a realizar esfuerzos más ambiciosos. Solo 84 países se comprometieron a presentar planes más duros de reducción a 2020,, incluidos Alemania, Francia, España y el Reino Unido, pero… no están Estados Unidos, China, India y Rusia, que emiten 55 % de aquellos gases.
(Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París, medida que regirá en 2020).
Con las promesas actuales, la temperatura de la Tierra se encamina a sobrepasar los 3,2° Celsius que serían catastróficos para numerosas especies y para muchos hábitats humanos: aumentaría la escasez del agua, el mar afectaría a más y más ciudades costeras, desaparecerían los glaciares y habría hambrunas por las nuevas condiciones para la agricultura. Las olas de calor que matarían decenas de miles de personas serán más fuertes y frecuentes.
Aunque todas estas son proyecciones, se basan en los más serios estudios de la ciencia, que de nuevo fue ignorada por el poder político.
En la COP25 tampoco se logró un acuerdo sobre uno de los mecanismos más analizados y también discutidos: el mercado de carbono, por el cual quienes emitan de más pueden compensar a países que emiten menos. No hubo siquiera un texto mínimo aprobado.
¿Qué sigue? Esperar acciones individuales de países, grandes conglomerados económicos, Ong y ciudadanos no solo para mantener la presión sino para bajar un poco la huella de carbono.
Pero mientras los grandes emisores prosigan con su actitud, la vida en la Tierra se verá cada vez más afectada por el cambio climático que promueve una Tierra diferente a la que hemos disfrutado desde que los primeros humanos aparecieron en África hace 200 000 a 300 000 años.

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