lunes, 15 de agosto de 2022

Continentes de la Tierra cayeron del espacio

Aspecto parcial del Cratón Pilbara donde se hizo el análisis que permitió inferir el origen 'externo' de la formación continental. Foto Wikipedia Commons


No fue que la Tierra se formó solamente del material que sobró del Sol. Hay una pregunta elemental: 'cómo surgieron los continentes? Sí, nuestro planeta tiene tectónica de placas, pero hay algo más y ahora hay una respuesta que parece sólida. Nuestros continentes... llegaron del espacio. Cayeron.

¿Cómo? Fueron asteroides que chocaron contra nuestro planeta, de acuerdo con un estudio de Curtin University. Esos choques fueron comunes en los primeros 1000 millones de años de la Tierra o algo más.

Esa teoría, la formación de continentes en sitios de grandes impactos, no es nueva. Pero ahora, según los autores del estudio hay pruebas firmes. Los científicos analizaron pequeños cristales de circón en rocas del Cratón Pilbara en Australia occidental, el remanente mejor preservado de la antigua corteza terrestre.

Los isótopos de oxígeno en los circones revelaron un proceso se arriba hacia abajo comenzando con el derretimiento de las rocas cerca de la superficie y progresivamente a más profundidad consistente con el efecto geológico de impactos grandes de meteoritos.

Fueron grandes impactos, como ese que inició el fin de los dinosaurios y muchas más especies hace unos 66 millones de años.

Para los investigadores tiene mucho interés entender el proceso de formación continental, donde se encuentra la mayoría de la biomasa terrestre, todos los humanos y la mayoría de los depósitos de minerales.

Contienen metales como litio, estaño y cobre, tan importantes hoy. Esos depósitos minerales son el resultado final de un proceso llamado diferenciación de corteza, que comenzó con la formación de las primeras masas terrestres, de las cuales Pilbara es una de varias más.

Datos de otras áreas de corteza continental de esa antigüedad muestran patrones similares a los detectados con esta nueva investigación, que fue publicada en Nature.

No hay comentarios: