La distancia entre el Sol y la Tierra no es fija. En promedio es de 150 millones de kilómetros, pero dada la órbita elíptica de este varía entre 147.1 millones a 152.1 millones de kilómetros. Nada nuevo en eso, pero pese a este movimiento, ¿el Sol se está acercando cada vez más a nosotros? ¿O al contrario, se está alejando?
Una pregunta básica que los científicos estudian y que tiene hoy una respuesta clara: nuestra estrella se está alejando y es por dos razones: el Sol está perdiendo masa es la primera. Y la segunda: por las fuerzas que provocan mareas en la Tierra.
Es que el llamado astro rey está perdiendo masa al convertirla en energía. En lo que le queda de vida, unos 5000 millones de años, perderá cerca de 0.1 % de masa antes de comenzar a morir, de acuerdo con Brian DiGiorgio, astrónomo de la Universidad de California en Santa Cruz, citado por Live Science, medio que hizo una amplia nota sobre este tema.
Es una gran cantidad de masa, aunque no lo parezca. Algo así como la misma masa de Júpiter o 318 veces la terrestre. Y como pierde masa, entonces es menor su atracción a la Tierra. Así las cosas, se estima que cada año se separa 6 centímetros, una cantidad despreciable considerando la variación en la distancia entre el apogeo y el perigeo.
El lado del Sol que da a la Tierra también experimenta un jalón gravitacional por nuestro planeta, pero esas fuerzas solo tienen un efecto mínimo en la órbita terrestre: de 0.0003 centímetros anuales. (Por la misma razón la Luna también se aleja cada año).
Los cálculos dicen que en los próximos 5000 millones de años la distancia entre los dos crecerá solo 0.2 %, respondiendo por apenas 4 % de reducción de la energía solar que lleva hasta acá, un porcentaje muy reducido que no afecta para nada el clima terrestre.
Pero, un momento. La preocupación debería venir de otro lado: cada 100 millones de años el brillo del Sol crecerá 6 %, aumentando lentamente la temperatura de la Tierra haciendo que los océanos se evaporen.
¿Aterrador? Bueno, hay dos variantes para tener en cuenta. Primero, no habrá humano que aguante ese calor, la Tierra será inhabitable mucho antes de que el Sol muera. La otra o esperanzadora: que los humanos para entonces vivan ya en otros mundos.
Todo esto sin contar que cuando el Sol entre en sus fases finales, crecerá de tamaño y se engullirá los planetas internos y entre estos está la Tierra.
Qué mundo tan convulsionado.
Nota: artículo basado en información de Live Science.
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