Diversos estudios han mostrado que los sonidos naturales, como el canto de las aves, pueden disminuir la presión arterial, las tasas cardiaca y respiratoria, así como el estrés y la ansiedad. Y al contrario, los sonidos de origen antropogénico, como el ruido del tráfico de vehículos o de los aviones, pueden tener efectos negativos en la salud humana, según se ha sugerido.
Ahora, un estudio publicado en Plos One, atendió esa cuestión. Y les cuento que fue elaborado por Paul Lintott, de la University of West England, Reino Unido, y Lia Gilmour, del Bat Conservation Trust, también allí.
Pero pasemos al meollo de la investigación:
En ella 68 estudiantes voluntarios escucharon tres minutos sonidos naturales grabados al salir el Sol en West Sussex, Reino Unido, el mismo sonido junto con sonidos de tráfico a velocidad de 30 kilómetros por hora, y el mismo sonido natural junto al del tráfico a 65 kilómetros por hora. El estado de ánimo general y la ansiedad fueron evaluados antes y después de los sonidos, utilizando escalas autorreportadas.
¿Qué se halló?
Se encontró que escuchar el sonido natural reducía los niveles de estrés y ansiedad según el autorreporte y también alentaba la recuperación del ánimo luego de algo estresante. Sin embargo, los beneficios del ánimo mejorado asociado con los sonidos naturales eran limitados cuando se incluían los sonidos del tráfico vehicular.
Es más, el sonido natural solo se asociaba con los menores niveles de estrés y ansiedad, con los mayores niveles reportados para el sonido que incluía el tráfico a 65 kilómetros.
Para los autores "Nuestro estudio muestra que escuchar sonidos naturales puede reducir el estrés y la ansiedad, y que los sonidos antropogénicos como el ruido del tráfico pueden enmascarar los potenciales impactos positivos. Reducir las velocidades del tráfico en las ciudades es por lo tanto un paso importante hacia más personas que experimenten los efectos positivos de la naturaleza en su salud y bienestar".
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