Así como lee: los mocos que tienen esa fama mala y son vistos como desagradables son su defensa contra infinidad de bacterias y un lubricante que mantiene húmedos varios tejidos. Ayudan a que el cuerpo esté sano.
Están no solo en la nariz sino en la boca, los pulmones, el estómago, los intestinos y los senos paranasales, indica un informe de los Institutos de Salud de Estados Unidos.
Es que aunque uno no lo note ni sepa, cada hora miles de bacterias son inhaladas y llegan a la superficie cubierta de mucosidad en los pulmones, donde quedan atrapadas. Luego los cilios, pequeños pelos, comienzan lentamente a sacarlas, empujando la mucosidad hacia arriba con bacterias, virus y polvo. Los llevan a la garganta. "Y si es una persona normal y saludable, nunca lo sentirá y solo lo tragará", dice Richard Boucher, experto en pulmones de la Universidad de Carolina del Norte. Luego van al estómago y luego finalmente son expulsadas.
Pero ¿qué son los mocos? Básicamente agua, pero también contiene proteínas, azúcares y moléculas que ayudan al cuerpo a combatir los gérmenes nocivos.
Todo esto ocurre sin que se note, a no ser que se produzca mucha mucosidad o cambie de consistencia, por ejemplo con una infección que hace que se vuelva más áspera y pegajosa. Como las infecciones provocan inflamación de las membranas mucosas que recubren nariz y el resto de las vías respiratorias puede conducir a que se produzca más mucosidad, que puede volverse espesa por las bacterias y las células que llegan a combatir la infección, situación que puede estimular mayor producción de mucosidad.
También puede producirse más por las alergias: el sistema inmunitario reacciona de manera exagerada a sustancias inofensivas como el polen o la caspa de los animales, liberando histamina las células de las vías respiratorias. Esta puede llevar a estornudos, haciendo que se produzca más mucosidad.
Las alergias, los alimentos picantes y el frío producen un fluido más acuoso, pero es más denso cuando hay resfriado producido por un virus o una infección sinusal por bacterias.
Aunque también varía de color por diferentes condiciones, del transparente al amarillo o verdoso, depende de cada caso y persona.
Pese a su mala fama y a que suscitan expresiones de desagrado, los mocos y la mucosidad son una capa de protección entre el mundo exterior y usted.
"Es un material maravilloso", según Boucher. Y aunque tal vez pocos lo vean así, hay mucho que agradecerles a los mocos y las secreciones de las mucosas.
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