Aunque la tendencia actual en muchas urbes es a transformar espacios verdes en obras de cemento, cada día más estudios demuestran la importancia de tener no solo un vecindario verde sino áreas con diversidad de animales. Ayudan al bienestar humano, así como un mal vecindario afecta el desarrollo cerebral de los niños.
En un primer estudio, presentando en el encuentro anual de la Asociación Americana del Corazón, científicos encontraron que áreas más verdes y menor polución se relacionan con menos muertes por enfermedades del corazón.
El verdor fue tomado como una medida de presencia del mundo vegetal: árboles, hierba, arbustos.
Miren lo que se encontró:
Por cada 0,10 unidades de incremento en verdor, las muertes por falla cardiaca se redujeron 13 fallecimientos por cada 100 000 adultos.
Por cada microgramo de aumento del material particulado por metro cúbico de aire, el número de muertes se incrementaba a 39 muertes por cada 100 000 adultos.
Los científicos encontraron además que las áreas más verdes tenían menor contaminación del aire.
En otro estudio conocido a comienzos de este mes, científicos del Senckenberg Gesellschaft für Naturfoschung y la University of Kiel, determinaron que la diversidad de especies en el ambiente contribuye al bienestar mental de las personas.
Analizaron la conexión entre diversidad de especies en los alrededores y la satisfacción de vida de 26 000 personas. La diversidad de especies fue medida en número de especies de aves, indicador que se tomó por ser de los animales más visibles en áreas urbanas.
¿Qué encontraron? Que se sentía mayor satisfacción con la vida si los alrededores tenían una alta diversidad. Esta era más nutrida en zonas más verdes y con cuerpos de agua.
El tercer estudio, publicado en JAMA Network Open, mostró que los niños de barrios pobres se desempeñan menos bien en un rango de funciones cognitivas, como capacidad verbal,habilidades de lectura, memoria y atención y tienen menor volumen cerebral en regiones claves del cerebro para el conocimiento, comparados con los niños de vecindarios más ricos.
El estudio no profundizó en cuáles son los factores del barrio que inciden en este menor desempeño, como las características del vecindario y la contaminación del aire, que se sabe inciden en el desarrollo cerebral.
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