¿Qué hay para tratar la ansiedad, la depresión, la falta de concentración y la mala memoria? No, no es ningún medicamento, aunque es algo que recomiendan los médicos: hacer ejercicio.
Más y más estudios demuestran los beneficios de la actividad física no solo en distintos órganos del cuerpo y el estado general del individuo, sino en la parte mental.
El ejercicio mejora la salud cardiovascular, fortalece huesos y músculos e incluso reduce el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer. Ahora se tienen evidencias de que fortalece el cerebro, dice un informe de la American Psichological Association (APA).
Una de las razones es esta. Se ha creído popularmente que el ejercicio provoca una explosión de endorfinas, pero hay estudios que apuntan a otro neuromodulador, la norepinefrina, que puede ayudar al cerebro a enfrentar el estrés de modo más eficiente.
Esa sustancia es producida en una área cerebral que conecta diversa regiones relacionadas con las respuestas emocionales y con el estrés.
En lo biológico el ejercicio parece proveerle al cuerpo la capacidad de tratar con el estrés. Fuerza los sistemas fisiológicos del cuerpo, aquellos involucrados en la respuesta al estrés a trabajar más cerca de lo normal. El sistema cardiovascular se comunica con el renal, que se comunica con el sistema muscular. Todos estos están controlados por los sistemas central y nervioso simpático, que también se comunican entre sí. Este sistema de comunicaciones es el gran valor del ejercicio, comunicación que se pierde con el sedentarismo.
Pero también el ejercicio mejora la salud mental. Hay evidencias iniciales de quelas personas activas físicamente tienen tasas más bajas de ansiedad y depresión. También beneficia a quienes tienen ataques de pánico, pues la actividad física vigorosa imita las respuestas a la ansiedad, permitiendo manejar mejor esa situación cuando se presenta.
Estudios con roedores muestran que el ejercicio aumenta el suministro de sangre al cerebro, promoviendo el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, una área cerebral fundamental en el aprendizaje y la memoria.
Otras investigaciones sugieren que la actividad física beneficia las materias gris y blanca, lo que conduce al fortalecimiento e procesos cognitivos como el pensamiento y la memoria, la atención y la percepción, dice el informe.
Además, las personas que se ejercitan tienen mejoría en la memoria episódica, esa capacidad para relacionar cómo eventos, personas y lugares se presentan juntos en la vida diaria.
Y puede ayudar a mantener las capacidades cognitivas a medida que la persona envejece.. Estudios han mostrado que individuos adultos mayores que se ejercitan físicamente se desempeñan mejor que los sedentarios en tareas cognitivas como el razonamiento, vocabulario, memoria y el tiempo de reacción.