¿Cuál será el destino del universo? Hay varios escenarios posibles, como que cada vez se expanda más (tal como lo hace ahora) hasta que llegue un momento cuando todo esté tan separado que no se puedan formar ni estrellas y al final ni átomos. Una muerte dulce, silenciosa. Pero no nos tocaría. De acá a eso pasarán trillones y trillones de años.
Claro, hay otras posibilidades, como que contrario a lo que se tiene ahora, el universo comience a contraerse más y más hasta llegar al punto inicial del Big Bang, su muerte o, tal vez, un renacimiento.
Aunque eso no es lo que se ha observado, hay nuevos hechos. Un estudio de científicos aparecido en Proceedings ot the National Academy of Sciences (PNAS), sugiere que la aceleración del universo comenzará a detenerse en unos 65 millones de años y en 100 millones se habrá detenido para iniciar la contracción.
En el paper, los autores intentaron modelar la naturaleza de la energía oscura, esa fuerza que parece estar haciendo que el universo se expanda cada vez más rápido. En su análisis, esa energía no es una constante de la naturaleza, sino una entidad denominada quinta esencia, que puede decaer en el tiempo.
Encontraron que aunque la expansión del universo se ha estado acelerando por miles de millones de años, la fuerza repelente de la energía oscura se puede estar debilitando para comenzar luego el proceso de contracción.
Esto podría suceder muy rápido, en palabras de Paul Steinhardt, coautor, director del Centro de Ciencia Teórica de Princeton University.
65 millones de años es algo muy breve, por ejemplo hace esos años ocurrió la extinción de los dinosaurios.
Dado que todavía no se conoce qué es la energía oscura, las predicciones del artículos no se pueden examinar.
En los años 1990 comenzó a observarse que la velocidad de expansión se está acelerando. El espacio entre las galaxias se está ampliando más rápido que hace miles de millones de años. Esa misteriosa fuerza de la aceleración es la energía oscura, que responde por 70 % de la masa-energía del universo.
Una teoría dice que esa energía es una constante cosmológica, que no cambia. Y si ese es el caso, el universo no dejará de expandirse hasta que nada en él vuelva a juntarse. Una muerte fría.
¿Pero si sucede al revés como sugiere el nuevo estudio? Sería más doloroso.
Nota: con aportes de Live Science
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