Más personas de las que se creen han desarrollado tinito, esa molestia condición de los oídos que zumban y pitan a toda hora, que en casos graves ha llevado a muchas personas al suicidio. Ahora científicos daneses han encontrado una situación que favorece la aparición de la molesta enfermedad: el tráfico vehicular.
En el estudio, con datos de 3.5 millones de daneses, los investigadores de la University of Southern Denmark encontraron que a más ruido vehicular mayor riesgo de tinito.
En los datos encontraron más de 40 000 casos de tinito y pudieron ver que por cada 10 decibeles de más ruido en el lugar de residencia de las personas, el riesgo de tinito aumentaba 6 %, reveló Manuella Lech Cantuaria, profesora en el Maersk Mc-Kinney-Moller Insitute de aquella universidad.
Ella y su colega Jesper Hvass Schmidt, jefe médico del Odense University Hospital en Dinamarca se mostraron preocupados por los varios problemas de salud que el ruido del tráfico puede provocar. En 2021, en otro estudio, hallaron una correlación entre ese ruido y la demencia.
"Hay una necesidad para enfocarse más en la importancia del ruido del tráfico en la salud. Es alarmante que pueda aumentar el riesgo de tinito, enfermedades cardiovasculares y demencia, entre otros trastornos, dijo Hvass.
En general, cerca del 10 % de la población experimenta tinito de vez en vez. Se asocia con estrés y sueño pobre, y puede empeorar por el ruido del tráfico.
Se sabe que el ruido del tráfico vehicular genera estrés y lleva a dormir mal, condiciones bajo las cuales se presenta el tinito, una condición para la que no existe cura.
En el estudio, las mayores asociaciones entre aquel ruido y el tinito, se encontraron cuando el ruido se medía en la parte más quieta de las casas, aparte de la calle. Y aunque estar más retirado de donde se genera el ruido es una opción, no todos la tienen, como tampoco poner barreras contra el ruido.
El caso es que para los investigadores este debería ser considerado un factor de riesgo que se debería tener en cuenta en la planeación urbana y en la toma de decisiones.
La investigación fue publicada en Environmental Health Perspectives.
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