Alfa, Beta, Gamma... Delta... ¿Es esta la última variante del coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad Covid-19? No. ¿Qué pasará con ella? Y ¿cómo terminará el virus, cómo será la variante final?
Genetistas, virólogos e infectólogos buscan respuestas. Y algo saben ya.
Un informe en The New Yorker presenta a Roberto Burioni, el más famoso virólogo en Italia, quien habla de las posibilidades y cita tres para el coronavirus.
Una: el virus no logra evolucionar para evadir las vacunas. Es una posibilidad optimista, que se ha dado en algunos otros virus.
Dos: que el el virus evada parcialmente las defensas generadas por la vacuna, pagando un precio: ser menos infeccioso y letal.
Tres: la más preocupante. El virus logra acumular mutaciones para evadir la inmunidad sin sufrir pérdida de transmisibilidad o letalidad. Sin embargo, no sería difícil modificar las vacunas existentes para enfrentarlo con éxito.
Otro investigador, Tyler Starr, biólogo evolutivo, dice que según sus análisis el virus no tiene restricciones biológicas: hay infinidad de espacio mutacional para tratar de evadir la inmunidad. Es muy flexible. Es decir, futuras variantes pueden ser más 'innovadoras' para evadir las defensas de las personas.
La buena noticia de acuerdo con algunos expertos es que el cuerpo humano, a lo largo de su existencia, ha desarrollado un gran arsenal de defensas contra invasores microscópicos.
Starr no cree que aparezca una variante que evada por completo nuestro sistema inmunitario. A la larga las infecciones serán menos graves o asintomáticas. ¿Cuándo será? No se sabe. En un año, dos, cinco, quién sabe.
Posiblemente vendrán nuevas variantes con mayor capacidad de transmisión, pero no será para siempre. Habrá un límite.
Hasta ahora el virus no ha logrado evadir las células T, de nuestro sistema defensivo, y por ello las vacunas han sido efectivas hasta ahora para prevenir enfermedad severa y la muerte.
La otra gran pregunta es ¿cuánto durará la inmunidad que conceden las vacunas? Los expertos afirman que no se sabe, básicamente porque el virus lleva poco tiempo entre nosotros y porque no es sencillo examinar las células T de las personas para determinarlo, pues estas tienen memoria y al virus no le ha quedado fácil evadirlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario