martes, 5 de marzo de 2024

Nadie me entiende: el gato

En muchas oportunidades la comunicación gato-humano no funciona bien según el nuevo estudio. Foto Wikipedia Commons


Ese gato que vocaliza más y más alto, que del ronroneo para al mordisco, que hace lo que no hacía, ¿qué es lo que quiere decir? Pues muchos humanos que conviven con ellos no lo saben. Y no se sorprenda.

Un estudio de investigadores franceses publicado en el journal Applied Animal Behaviour Science encontró que las personas en general son muy malas para leer las señales de insatisfacción: cerca de 30 % se equivocan frente al 10 % que aciertan.

La investigación sugiere que los maullidos y otras vocalizaciones no se interpretan bien. Las personas deberían tener en cuenta tanto las señales vocales como las visuales para tratar de determinar qué le sucede al felino.

Los investigadores analizaron las respuestas de 630 participantes online, reclutados mediante avisos en redes sociales. Cada uno observó 24 videos de diferentes comportamientos de los gatos. Un tercio mostraba solo comunicación vocal, otro tercio señales visuales y el resto era una mezcla.

Para Charlotte de Mouzon, cabeza del estudio, esos dos tipos de comunicación nunca se habían estudiado juntos en la comunicación gatos-humanos.

En la vocalización están los maullidos, el ronroneo, el gruñido, chillidos y silbidos. En gatitos se han identificado 9 vocalizaciones, 16 en gatos adultos.

Entre las señales visuales están el movimiento de la cola de lado a lado, o bien elevada, rozar las piernas de la persona, recostarse en ellas, apertura de los ojos y posición de las orejas.

Y aunque quien convive con su gato cree entenderlo muy bien, ese no parece ser el caso en todas las oportunidades.

Para Monique Udell, directora del Laboratorio de Interacción Humano-Animal de Oregon State University, citada por The New York Times, y quien no participó en el estudio, que no entendamos bien las señales de incomodidad o malestar en los gatos tiene razón lógica, porque es más probable que los percibamos experimentando emociones positivas, que es lo que queremos en ellos.

"Cuando vemos los animales, nos hace sentir bien, y nuestro estado emocional positivo en respuesta a los animales nos da esos lentes color de rosa".

Es que por ejemplo el ronroneo no siempre indica satisfacción, puyes a veces se relaciona con estrés y hasta dolor.

Por eso también, dijo de Mouzon al diario neoyorquino, el gato pasa al mordisco súbito. Si no funciona la comunicación muerde porque ha aprendido que es la única manera d elograr que paremos alguna acción.


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