A los agujeros negros no se les puede dar papaya (descuidarse) porque lo aprovechan muy bien y puede ser el fin de la existencia. Y eso le sucedió a una estrella, se acercó tanto que las fuerzas gravitacionales la destruyeron.
Pero es que este agujero negro ha resultado demasiado glotón, se desprende de observaciones del Telescopio Espacial Chandra de la NASA. Los sobrantes de la estrella formaron un disco alrededor del agujero, como una especie de tumba estelar.
Pero resulta que con el paso de los años ese disco se ha ido expandiendoy ahora está en camino directo a otra estrella (o tal vez otro agujero negro), que orbitaba a distancia segura de aquel agujero, hasta ese momento.
Pero la nueva estrella en el camino del disco en repetidas ocasiones lo toca, una vez cada 48 horas. Al hacerlo, la colisión genera estallidos de rayos X, que los astrónomos capturaron con el Chandra, que mira el cosmos a través de esa longitud de onda.
La galaxia donde se hizo el descubrimiento, en el que participaron también otros telescopios, está denominada como AT2019qiz, y se halla a unos 210 millones de años luz de nosotros.
Un cosmos lleno de misterios y altas energías.
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