Los beneficios fisiológicos del contacto físico se han afectado en la pandemia. Foto piqsels
La falta de contacto físico genera que el organismo funcione diferente, creando algunos problemas de salud y afectando la parte mental también. Un daño colateral serio que no es considerado por personal científico y de salud ni por quienes toman decisiones.
No son efectos de poca monta. Un informe en The Scientist explicó lo que sucede cuando el cuerpo no siente ese contacto físico, un apretón de manos, un abrazo, una caricia, un beso.
"El contacto es la señal más potente y segura de unión", en palabras de Steve Cole, psiquiatra de la Universidad de California en Los Ángeles.
En aislamiento y soledad, el tallo cerebral reconoce que estamos en territorio inseguro y se mezcla en una especie de luche o huya de respuestas al estrés, sin que nos demos cuenta de que eso está sucediendo, según el experto.
Y el estrés inunda el cuerpo con hormonas como cortisol y adrenalina. Con el tiempo hay tantas acumuladas que puede derivar en presión arterial alta, enfermedad coronaria y altos niveles de ansiedad.
El contacto físico genera una serie de cambios físicos y bioquímicos en el cuerpo, con lo que el cerebro puede contrarrestar esa respuesta de combate o huida.
The Scientist cita a Tiffany Field, del Touch Research Institute de la escuela de medicina Miller en la University of Miami, quien con su grupo ha venido estudiando hace años lo que sucede en el cuerpo con una leve presión en la piel.
Ese toque estimula receptores en la piel, que envían señales eléctricas al nervio vago (*), una superautopista del sistema nervioso, siendo conducidas a cada órgano del cuerpo y al tallo cerebral, que de inmediato regula la respiración, la presión arterial y la frecuencia cardiaca.
En ese proceso de reduce la cantidad de hormonas del estrés en circulación. Y al hacerlo disminuye la mortalidad de células asesinas del sistema inmunitario (se sabe que el masaje por ejemplo reduce los niveles de cortisol, aumentado la actividad de esas células).
Un abrazo, según estudio de 2014, reduce la susceptibilidad de las personas a las infecciones por virus como el de la gripe común.
En un artículo en The Washington Post, John Capitanio, psicólogo de la Universidad de California en Davis, explicó que el contacto (físico) enciende todos los botones adecuados que afectan procesos fisiológicos críticos para mantenernos sanos".
Los beneficios del contacto físico llegan al cerebro: al reducirse el cortisol y la tasa cardiaca, se produce el neurotransmisor serotonina, que es un químico antidepresivo y analgésico natural del cuerpo.
Un contacto afectivo ayuda a dormir mejor, hecho que reduce la emisión del neurotransmisor sustancia P, que transmite dolor.
Una encuesta realizada en estos días de confinamiento por Field y su grupo con 260 personas, en las respuestas se destacaron problemas para dormir, fatiga y ansiedad y 58 % reportó sentirse aislado; 28 % vivían solos.
Y aunque el contacto físico propio, como el automasaje, los ejercicios y el yoga ayudan, no reporta los mismos beneficios del contacto con otra persona pues la sociabilidad está en nuestros genes.
Efectos colaterales de la cuarentena y el distanciamiento físico por la Covid-19.
(*): el nervio vago es el más largo de los nervios del cráneo. Nace en el bulbo raquídeo e inerva faringe, esófago, tráquea, bronquios, corazón, estómago, páncreas, hígado y vísceras, según definición en Wikipedia.
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