Las fotos muestran en qué quedó convertido el cometa. Foto Hubble
Tampoco son buenas las noticias que vienen del espacio para los amantes de los eventos celestes. El cometa C/2019 Y4 Atlas, descubierto en diciembre pasado y que parecía iba a ser todo un espectáculo, el más brillante en los cielos en las últimas dos décadas... se rompió en pedazos.
Sí. Ahora son varios núcleos los que siguen la trayectoria que traía, pero no será ningún espectáculo para nadie.
Hasta mediados de marzo había ganado mucho brillo y por eso se preveía que iba a ser fácil de observar a ojo desnudo, pero de pronto comenzó a palidecer y fue perdiendo brillo. ¿A qué se debía ese comportamiento?
El astrónomo aficionado José de Queiroz fue el primero en confirmar la noticia: se había partido. Y sus fotografías eran la prueba.
El telescopio espacial Hubble observó al Atlas el 20 y el 23 de abril y mostró que los fragmentos partidos están envueltos en una estela de luz solar de polvo cometario.
Las imágenes que tomó indican que esa partición del núcleo de cometas puede ser un fenómeno no tan escaso. Y revela que ese puede ser un mecanismo por el cual los núcleos de los cometas mueren.
Los cambios en las imágenes son tan drásticos en solo tres días de diferencia, que es imposible unir los pedazos, dijo David Jewitt, de UCLA, uno de los líderes que fotografió el Atlas.
Como la fragmentación se da tan rápida e inesperadamente, es difícil para los astrónomos observarla en directo y entender qué pasa. Una posibilidades que el núcleo original gira en pedazos por la acción de los chorros de gas del hielo sublimado.
Pero es solo una hipótesis. Por qué se parten los cometas sigue siendo un misterio.
Los pedazos tendrán su máximo acercamiento a la Tierra el 23 de este mes, a unos 115 millones de kilómetros, y luego darán la vuelta al Sol a solo 37 millones de kilómetros.
Si es que sobreviven.
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