Esta fue la primera gata astronauta, Félicette. Foto Wikipedia Commons
Ya era hora. Tuvieron que transcurrir 56 años para que se
hiciera justicia con Félicette, la primera gata en ir al espacio y regresado
sano y salvo. Una astrogata.
A finales del año pasado, se descubrió la escultura en bronce que
conmemora a esta ignorada héroe del espacio.
Félicette sobre la Tierra, escultura para rendirle homenaje. Foto Guy
Se encuentra en el International Space University en Estrasburgo, Francia, luego de la campaña comenzada en 2017 por un amante de los
gatos, Matthew Serge Guy, que recibió contribuciones de 1100 personas para
recaudar US$57 000.
“Es tiempo de que la Astrogata tenga su memorial que
merece escribió Guy en la página de la campaña.
Félicette no fue el primer animal no humano en el
espacio. Antes, tanto la entonces Unión Soviética y Estados Unidos habían
enviado criaturas, siendo la primera la famosa perra Laika en 1957 (no sobrevivió)
y un chimpancé, Ham, en 1961.
Eran ensayos, que hoy tendrían grandes cuestionamientos
éticos, para allanar el camino a los humanos.
Félicette fue lanzada en octubre de 1963 desde una base
en el desierto del Sahara y alcanzó una altura de 160 kilómetros sobre la
superficie una altura suborbital.
Un vuelo de solo 15 minutos en el cual tuvo un
seguimiento continuo de los científicos, midiendo sus signos vitales, su ritmo
cardiaco a través de elctrodos en su cuerpo.
La cápsula que llevaba a la ilustre gata se separó con
éxito del cohete y con su paracaídas aterrizó sin problemas.
Félicette sobrevivió, pero su futuro fue triste: unos
meses después se le aplicó la eutanasia para estudiar su cerebro.
Contribuyó a la carrera espacial pero ha sido muy
olvidada.
Este bronce le devuelve parte de su gloria.
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