Un sacerdote es la momia que habla. Foto Leeds Museums
1. La momia que habla
Nesyamun fue un sacerdote egipcio en Tebashace cerca de 3000 años. Sus restos, modificados, fueron encontrados hace un tiempo, pero ahora es noticia porque científicos usaron con escáner computarizado para crear una versión impresa en 3D de la boca y garganta y lo combinaron con una laringe electrónica para producir lo que podría ser la voz del sacerdote cuando estaba en vida, según el artículo en Scientific Reports. Estos son los sonidos.
2. Se para dónde vas
Adivinar el pensamiento. En eso trabajan hace mucho científicos.
Ahora algunos lo lograron con… peces. Sí, con los conocidos peces cebra tan usados
como modelos para distintos estudios. Analizaron cerebros de larvas mientras
los animales decidían si moverse a la izquierda o a la derecha. Al encontrar patrones
en los datos, con imágenes predijeron 10 segundos antes hacia dónde se iban a
mover. El avance se publicó en el journal Cell.
3. Nos tocó una onda
Científicos detectaron la semana pasada ondas
gravitacionales que tocaron la Tierra, pero no saben de dónde provinieron. Unas
ondas que son distorsiones del espacio-tiempo. Fueron detectadas por el
observatorio especializado Ligo, el mismo que en 2017 detectó las primeras
ondas de esa clase predichas por la teoría de Einstein, pero en esa ocasión sí
se supo su origen: una colsiión de estrellas de neutrones.
4. Virus al acecho
En los últimos 15 000 años, un glaciar al noroeste de la
meseta tibetana ha albergado unos huéspedes muy particulares que permanecieron
ocultos todo ese tiempo. Cuando científicos tomaron dos núcleos de hielo del
glaciar, encontraron 28 tipos de virus que no eran conocidos y que apenas
comienzan a investigar. ¿Son nocivos? El hallazgo se publicó en el sitio pre
impresión bioRxiv.
5. Se le cristalizó el cerebro
Terrible debió ser. Cuando el Vesubio erupcionó en el año
79 antes de nuestra era, cientos de personas del vecino pueblo Herculaneum
corrieron a refugios acuáticos en busca de protección, pero el plan falló.
Entre las víctimas, un joven de unos 25 años cuyos restos en la ceniza fueron descubiertos
en los años 60 del siglo pasado. Un estudio en New England Journal of Medicine (NEJM) sugiere que un pequeño fragmento dentro del cráneo de la víctima es un pedazo
de su cerebro que parece que por el calor se cristalizó. Este pueblo, cerca de
Pompeya, de unos 4000 a 5000 habitantes quedó destruido.
6. Toneladas de carbono
Los incendios en Australia, que han consumido un
territorio más grande que Austria, han liberado unos 900 millones de toneladas
de dióxido de carbono a la atmósfera, cerca del doble de lo que ese país emite
cada año, dijeron científicos. Aunque una parte podrá ser secuestrada por las
selvas, los científicos temen que ese exceso de CO2 contribuya más al cambio
climático al intensificarse los incendios y extenderse las temporadas de fuegos.
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