Siempre hay una primera vez y qué sorpresa la que se llevaron los arqueólogos del Proyecto de Momias de Varsovia (Polonia) cuando estudiaban una que había sido recibida en 1826 por el Museo Nacional.
Las imágenes de rayos X y la tomografía computarizada reveló algo sorprendente: no se trataba de un sacerdote, como decía el cofre funerario sino de una mujer y... ¡estaba en embarazo!
La momia no encajaba bien en el sarcófago, que fue hecho para un varón y claro, no correspondía al nombre inscrito, Hor-Djehuty, de Tebas.
Los científicos buscaban enfermedades antiguas o causas de muerte, según Wojciech Ejsmond, codirector del proyecto.. Y creían que era un sacerdote.
Pero era una mujer que falleció a una edad de entre 20 y 30 años y tenía un embarazo de 6,5 a 7,5 meses, según se comprueba en la circunferencia de la cabeza del feto.
Las imágenes revelaron pulmones, hígado, estómago, intestinos y corazón dentro de la mujer: fueron extraídos, embalsamados y luego puestos dentro de la cavidad abdominal de la momia, una práctica común en el antiguo Egipto. El feto no fue removido del útero.
¿Por qué?
Tal vez se pensaba que era aún un integrante del cuerpo de la mujer pues no había nacido. Un bebé sin nombre no era un individuo, pues el nombre era parte importante del ser humano para los egipcios.
No se sabe tampoco por qué la mujer estaba en el cofre errado. Tal vez por saqueo. Las envolturas en el cuello estaban rotas, tal vez le extrajeron algún amuleto en el pasado.
Para los investigadores, debió ser una mujer de buena posición social por la forma cuidadosa como fue embalsamada. Y no se sabe la causa de su muerte, aunque en esa época no eran extraños los fallecimientos en el embarazo y parto.
La primera momia en embarazo que se ha encontrado. Y el misterio continúa.
Nota: con información de Live Science y Science in Poland.
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