No solo los humanos son acogidos en lugares lejanos distintos a donde nacieron. Les sucede también a... las estrellas. Sí, así es.
Astrónomos estudiaron alrededor de 100 estrellas gigantes rojas en la Vía Láctea y obtuvieron con mayor precisión sus edades gracias a técnicas de astrosismología y espectroscopia. Pero no solo eso: establecieron que no nacieron en nuestra galaxias. Son acogidas, si puede decirse así.
Esas estrellas eran integrantes de la galaxia Gaia Enceladus, que colisionó y se fusionó con la Vía Láctea hace unos 10 000 millones de años. (El universo tiene poco más de 13 700 millones).
Significa que nuestra galaxia, que se comenzó a formar hace unos 13 600 millones de años, formaba ya sus estrellas antes del evento -colisión- sucedido entre hace 8000 a 11 000 millones de años. Nuestra galaxia era entonces bebé en términos astronómicos.
Josefina Montalbán, cabeza de la investigación, de la University of Birmigham, explicó que la composición química, la ubicación y el movimiento de las estrellas en la Vía Láctea proveen información valiosa acerca de su origen.
Mas ¿cómo precisaron que unas de esas estrellas tenían una procedencia diferente? Combinando aquellas técnicas establecieron su composición química, estructura interna y tamaño. Así, hallaron que unas tenían la misma edad y eran más jóvenes que la mayoría de estrellas de nuestra galaxia de las que se sabe que comenzaron sus vidas acá.
El hallazgo fue presentado en Nature Astronomy.
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