Hay planetas vagabundos, que tuvieron la mala suerte, si así pudiera decirse, de tener que emigrar del lado de su estrella madre. Son errantes, expulsados por la interacción con otros planetas más grandes en su sistema y por la gravedad fueron enviados al espacio interestelar.
Mediante una técnica predicha por la Teoría General de la Relatividad de Albert Einstein, y estudiando datos del desactivado telescopio espacial Kepler, el cazaplanetas, astrónomos encontraron una población de esos cuerpos errantes: 27. Y de esos, cuatro tienen masas similares a la de la Tierra.
La información fue recogida por Kepler cuando monitoreaba una región repleta de millones de estrellas cerca del centro de nuestra galaxia, en una serie cada 30 minutos para detectar esos ratos eventos de microlentes gravitacionales.
¿Qué son estos? Los microlentes describen cómo la luz de una estrella de fondo es aumentada temporalmente por la presencia de otras estrellas por delante. Esto genera cortos pulsos de brillo que pueden durar unas horas o pocos días. Se estima que una de cada millón de estrellas en la galaxia es afectada por microlente en un momento dado pero solo una pequeña fracción corresponde a un planeta.
Por eso fue una fortuna haber detectado estos planetas que andan solos pues no se recibió amplificación de la luz de alguna estrella madre.
Kepler no estaba diseñado para detectar cuerpos por microlentes, por ello fue necesario unas unas técnicas para extraer esas señales del conjunto de datos recogidos.
El hallazgo fue publicado en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
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