Hasta ahora funciona. De seguir así, será un enorme logro para la humanidad, en particular para cientos de millones asentados en regiones tropicales.
En fase I, la candidata a vacuna contra la malaria funcionó a la perfección. Confirió alta protección durable a los voluntarios que participaron en el estudio y que fueron expuestos a los parásitos que causan la incapacitante y con frecuencia mortal enfermedad.
La vacuna combina parásitos vivos con una de dos medicinas usadas ampliamente para tratar la enfermedad, un desarrollo llamado vacunación por quimioprofilaxis.
Ahora se encuentra en evaluación en etapa II en Malí, país africano donde la malaria es endémica.
De seguir los buenos resultados, al fin habría una manera de prevenir la enfermedad, un mal de pobres principalmente que también afecta a quienes visitan las regiones donde está presente.
El parásito es transmitido por las hembras de varias especies de mosquitos del género Anopheles.
La vacuna, Sanaria, está compuesta de esporozoitos, la forma del parásito de la malaria transmitida a la persona cuando pica el mosquito. Estos viajan por la sangre al hígado y desencadenan la enfermedad.
En la etapa I los voluntarios recibieron la vacuna más pirimetamina, droga que mata los parásitos en el hígado, o cloroquina, que los mata en la sangre. A los tres meses, bajo condiciones muy controladas, fueron expuestos a un parásito de la cepa africana o a otro de la sudamericana. Fueron inoculados vía venosa, que es como ingresa el parásito.
Quienes recibieron alta dosis de la vacuna más cloroquina tuvieron una protección del 100 %, frente a 87,5 % de quienes recibieron la vacuna más la pirimetamina.
La protección duró al menos tres meses (tiempo de la evaluación).
Si en las otras fases se demuestra además que es segura, al fin se podrá controlar la malaria, tanto para quienes residen en zonas endémicas como para los viajeros.
Nota: con información de NIH (National Institutes of Health, Estados Unidos).
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