El coronavirus que causa el Covid-19. Foto CDC
Para largo va el tema del coronavirus SARS-CoV-2 que se ha diseminado por todo el planeta. pero ¿sabe cómo entra el cuerpo humano?
El virus se transmite por gotitas en el aire cuando se tose o estornuda y una persona las recibe por ojos, nariz o boca.
Esas partículas virales en las gotas van rápido a través del aparato nasal hacia las membranas mucosas en la zona posterior de la garganta, donde se unen a unos receptores en las células.
El coronavirus tiene como unas espinas que sobresalen (de ahí su nombre), las que se enganchan a las membranas de las células, permitiendo que su material genético entre a ellas.
Adentro, ese material toma posesión de la célula y cambia sus instrucciones para que ahora su función principal sea multiplicar el virus, dijo William Schaffner, especialsita en enfermedades infecciosas de Vanderbilt University en Nashville, citado por The New York Times.
Se multiplican las copias del virus, salen en un estallido e infectan más células. Copan la garganta, aparece la tos seca y luego van hacia los tubos bronquiales.Las mucosas de estas se infaman y se pueden dañar los sacos pulmonares haciendo más difícil el transporte de oxígeno a la sangre y la remoción del dióxido de carbono.
Las zonas del pulmón afectadas se pueden llenar de líquido, pus y células muertas, provocando la neumonía. Hay problemas para respirar y se requiere la ayuda de un ventilador.
Si se llenan de mucho líquido este apoyo no sirve y la persona fallece.
El virus no siempre está en los pulmones. A través de las mucosas puede llegar de la nariz al recto, infectando células del sistema gastrointestinal, por lo que algunos pacientes presentan indigestión y diarrea.
También puede ir por la corriente sanguínea y afectar otros órganos, como hígado y corazón, que se afectan no tanto por él sino por la respuesta del sistema inmunitario combatiendo la infección.
Que solo 20 % de las personas desarrollen una enfermedad seria sugiere que se debe a un sistema inmunitario débil.
Fuentes LiveScience, New York Times
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