Árboles en Manhattan, Nueva York: sombra y aire en la urbe de cemento.
Todos saben su importancia, pero por una u otra razón los
árboles urbanos siguen cayendo estrepitosamente ante una amplia variedad de
obras de infraestructura y desarrollos urbanos.
¿Cuánto vale un árbol, hablando en dinero, en lo que aporta
a las ciudades?
No hay datos para todos los países, pero con base en el
Calculador Nacional de Beneficio del Árbol de Estados Unidos, que emplea datos
del Servicio Forestal, se hizo el estimativo para un árbol de la familia
Fagacea del roble rojo.
Así, un árbol de estos en los suburbios del distrito capital
de Washington, que crece hasta 30 metros, de unos 91 centímetros de diámetro provee
beneficios por US$330 al año. Si esto se multiplica por el total de árboles, el
aporte es enorme.
Servicios como escorrentía, disminución de las tormentas,
enfriamiento del aire hasta mejoras en el rendimiento estudiantil y en la
salud.
Es que entre los aportes del árbol urbano figuran:
Capturan más de un
tercio de la lluvia, optimizando el trabajo de las redes de alcantarillado.
Su sombra ayuda a reducir casi en la mitad el uso de
energía mientras que reduce un 5 % las emisiones de carbono.
Los árboles aminoran en 10 decibeles el ruido urbano,
mejoran la memoria de los estudiantes, disminuyen el riesgo de trastornos psiquiátricos
e incluso estudios sugieren que ayudan a bajar la criminalidad.
Son datos de una especie en un lugar específico, pero en
regiones con mayor diversidad de especies el valor de lo que aportan puede ser
mayor.
Pese a eso, siguen cayendo ante lo que llaman ‘progreso’.
Una tala que tiene precio.
Nota: con aportes de Reuters
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