La nueva variante del coronavirus SARS-CoV-2 está en más de tres decenas de países y se expande rápido. Aunque no es más letal sí hace que el contagio sea más fácil y eso no es una buena noticia para los sistemas de salud: más personas infectadas, más demanda de servicios médicos y hospitalarios.
¿Pero cuáles son las características de esta nueva variación del virus que produce Covid-19?
Identificada primero en Gran Bretaña, responde hoy por más de 60 % de los nuevos casos en Londres y localidades vecinas.
Conocida como B.1.1.7 parece infectar más personas que las versiones previas del coronavirus incluso aunque el ambiente sea el mismo.
Inicialmente se estimó que era 70 % más transmisible, otro estudio ajustó a 56 % mas ahora otros investigadores creen que es de 10 a 20 % más transmisible, lo cual es un número grande de todas maneras.
La variante no hace que la enfermedad sea peor ni que aumente la letalidad del virus, pero sí incidirá en la tasa de mortalidad porque a más contagios más muertos habrá.
No es una, ya son tres las nuevas variantes del coronavirus SARS-CoV-2 que causa la enfermedad Covid-19. Y aunque buena parte del mundo, en particular el occidental, mira con cuidado la variante denominada B.1.1.7 que se encontró en el Reino Unido, varios científico miran ahora con mayor cuidado el virus mutado de Sudáfrica, el 501.V2. En Nigeria hay otra variante de la cual poco se ha dicho.
Se sabe que aumentan la tasa de contagio, no la letalidad en primera instancia, pero la gran pregunta es ¿funcionará para ellas las vacuna actuales en uso?
Las respuestas no son concretas (apenas se estudian los casos) ni coincidentes.
Una nota informativa de la agencia Reuters, citando a desarrolladores de la vacuna de Pfizer y BioNTech, dice que de no funcionar contra aquellas dos variantes tomaría unas seis semanas rediseñarla.
El equipo detrás de la vacuna de Oxford y AstraZenaca afirma que si no funciona la suya, tardaría menos del año adaptarla, según una nota de la cadena CNBC.
Los fabricantes de estos dos productos están actualmente en ensayos para ver si responden bien a las dos, ensayando tanto sangre de personas vacunadas y otras que enfermaron con el virus. En principio creen que sí, pero eso está por verificarse.
Hay un dato que no se ha divulgado lo suficiente: a los científicos les preocupa más la sudafricana porque tiene mutaciones adicionales en la estructura de la proteína spike del coronavirus (la que le da la forma como de corona), la que utiliza para penetrar en las células humanas.
Las vacunas buscan que el sistema inmune reconozca esta proteína, pero si cambia mucho puede que no lo haga y el virus infectaría efectivamente a la persona.
La británica también tiene varias mutaciones similares, aunque menos que la africana. En ambas llama la atención la mutación N501Y, el receptor de unión de la proteína spike, que determina con qué facilidad el virus penetra en las células.
Es normal que los virus muten al azar medida que se replican y los cambios que ofrezcan ventajas prevalecerán, sea para resistir a las medicinas o infectar más. La rapidez en las mutaciones influyen en cómo funcionarán las vacunas. Un punto a favor es que los coronavirus, que tienen unas 30 000 letras en su genoma, tres veces más que el virus de la influenza, mutan con mayor lentitud.
Las mutaciones hasta ahora detectadas no serán las únicas, sino que será un proceso que se repetirá en el futuro (años o meses) dijeron expertos consultados pot The New York Times.
Hasta ahora no hay evidencias de que estas variantes sean más mortales que la forma más prevalente del coronavirus.
Y como la versión original, se transmiten de la misma manera, principalmente por vía aérea. Son más contagiosas porque las personas con ellas tienden a cargar más cantidad de virus en sus narices y gargantas que los infectados con versiones previas y expelen más virus al hablar, toser o estornudar. (Falta precisar el papel de las mutaciones en la proteína spike).
La del Reino Unido es hasta un 56 % más contagiosa, según estudios allí. Si cerca del 10 % de las personas en contacto cercano con alguien infectado, a dos metros y al menos durante 15 minutos, inhalaban suficiente virus para infectarse, con la nueva aumenta a 15, una cifra importante.
Aunque el virus esté mutando, la manera de evitar el contagio es la misma sugerida hasta ahora: una buena mascarilla todo el tiempo, mantener distancia física de dos o más metros y desinfectarse las manos con frecuencia, una práctica que debe mantenerse incluso después de que llegue la vacuna. Además, no permanecer con otras personas más de 10 minutos en espacios cerrados de escasa ventilación.
Nota: con aporte de , CNBC, Live Science, MIT Technology, Science, The New York Times,
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