No es común detectar la aparición de una nebulosa planetaria (*)y su rápido desvanecimiento. Eso fue lo que observó el telescopio espacial Hubble en un lapso de 20 años.
Cuando una estrella está en las etapas finales de su vida, expulsas las capas externas de gas que resplandecen ante la vastedad del espacio.
Así fue como el Hubble detectó la nebulosa Stingray, Hen 3-1357. Fue en 1996 cuando captó la fase final de la estrella en e centro de la nebulosa. Hasta ahí todo un suceso porque en tiempo real no es fácil ver estos fenómenos.
Mas una nueva mirada, en 2016, reveló algo sorprendente: en solo dos décadas la nebulosa se está desvaneciendo y las capas de gas que rodeaban la estrella han cambiado, no están tan crispadas. Los filamentos azulados y resplandecientes de gas hacia el centro de la nebulosa desaparecieron y los bordes ondulados tampoco están ya. La nebulosa no se destaca ahora frente al fondo negro del ancho universo.
Una gran suerte ver ese fenómeno, que nunca antes se había captado con tanta claridad.
Los cambios tan rápidos se deben, dicen astrónomos, a que la estrella central, SAO 244567, se enfrió más, emitiendo menos radiación ionizante.
La nebulosa se encuentra hacia la constelación del Altar (Ara) en cielos del sur, está a unos 18 000 años luz y mide unas 130 veces el Sistema Solar, pequeña frente a las nebulosas promedio. Se descubrió en los años 80.
(*)_ Nebulosa planetaria consiste en una capa de gas ionizado en expansión emitido por una estrella roja gigante. No tienen nada que ver
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