miércoles, 18 de enero de 2023

Discusiones de las parejas afectan el sistema inmunitario

Si la pareja no tiene la capacidad comunicativa para resolver sus diferencias en temas espinosos, se afecta la salud, en particular la de la mujer. Imagen PxHere


Si hay algo molesto y preocupante en las relaciones de pareja son las discusiones. Algunas pasan a tonos mayores. Pues bien, un estudio acaba de mostrar que eso afecta la salud y no de cualquier manera.

Se sabe que tener una relación es conveniente para la salud, pero cuando llegan las discusiones y muchos tratan de de evadirlas o se retiran de ellas, eso tiene su precio.

Un estudio en Psychoneuroendocrinology analizó datos de una investigación de 2005 de Ohio State University que demostró que el estrés sentido durante una breve discusión puede reducir la capacidad del cuerpo de sanar heridas físicas al menos durante un día. Una prueba de que el estrés psicológico afecta al sistema inmunitario.

El estudio inicial reveló que una discusión estresante (en laboratorio, grabada y analizada luego por los investigadores) podía dañarla función inmunitaria. La nueva investigación sugiere que una discusión más 'combativa' estaba relacionada con una peor comunicación de la pareja y que esos patrones diarios son probablemente responsables de emociones negativas persistentes y marcadores biológicos que pueden derivar en una más mala salud.

"El matrimonio se asocia con una mejor salud, pero aquellos crónicamente estresantes pueden empeorar la salud", dijo Rosie Shrout, primera autora.

"Lo que vemos es que tanto la negatividad diaria como la negatividad aguda, y su combinación, es particularmente mala paralas emociones de las parejas, sus relaciones y el funcionamiento inmunitario", dijo la investigadora de Desarrollo Humano y Ciencias de la Familia en Purdue University.

En el nuevo estudio, la modelación estadística de los datos cualitativos y biológicos mostró que los patrones negativos de comunicación en las parejas, específicamente cuando ambos se evitan o se retiran tiene efectos en cascada en cómo se sienten (luego de las conversaciones en laboratorio) y en sus medidas de inflamación y función inmunitaria. Las peores consecuencias las sienten las mujeres.

Un hallazgo específico sugiere cuán insidiosos son los efectos de una pobre comunicación: las heridas sanan más lentamente en parejas en las que ambos evitan hablar sobre tópicos duros y también mostró pocos comportamientos positivos en las discusiones en laboratorio.

Las parejas podrían entonces asistir a terapias para mejorar sus capacidades comunicativas.



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