Los ríos se ahogan. Sí, les falta aire. Se les acaba el oxígeno. Es la realidad de ríos y arroyos en 53 países. Un estudio demostró quela hipoxia en ellos es más común en todo el planeta de lo que se pensaba.
La investigación, publicada en Limnology and Oceanography Letters reunió más de 118 millones de lecturas de oxígeno disuelto y temperatura en más de 125 000 sitios en ríos de los seis continentes y 93 países. Un estudio que abarcó 100 años, desde 1900 a 2018.
La hipoxia fue definida en el estudio como las concentraciones de oxígeno disuelto de menos de 2 miligramos por litro. En 53 países se encontró esa falta de oxígeno y en 12.6 % de las lecturas realizadas.
"La hipoxia en aguas costeras y lagos es ampliamente reconocida como un asunto ambiental negativo, y carecíamos del entendimiento de la hipoxia en los ríos", dijo Joanna Blaszczak, de University of Nevada en Reno (Estados Unidos). "Mientras 12.6 % no parecería un gran porcentaje, se pensaba que la ocurrencia de hipoxia en ríos y arroyos era rara. Demostrando que existe en uno de cada ocho sitios en los ríos cambia el juego en términos de cómo necesitamos pensar y darle atención a la hipoxia en ríos y arroyos".
Las algas con su fotosíntesis producen oxígeno que se libera al agua. Si solamente se hacen mediciones en el día no se obtiene un retrato de lo que sucede, pues la hipoxia es más notoria en las primeras horas de la mañana por la falta de fotosíntesis en la noche, explicó la investigadora. Antes se tomaban medidas de forma manual y principalmente en el día.
Si solo se toman de día, el subregistro es del 25 %. Ahora con los nuevos métodos se tiene una visión más completa y se puede afirmar así que la falta de oxígeno es un tema inquietante en muchas regiones del planeta.
Y los ríos sin oxígeno se quedan de a poco sin vida.
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