En países donde abunda (hasta hora) el agua, como Colombia, se piensa que siempre permanecerá ahí, disponible pata todos y para las diferentes actividades. Pero no. Para la muestra, este estudio.
Un informe de la Universidad Nacional, sede Medellín, reveló que el magíster Ángel Daniel Díaz Carvajal estudió la variabilidad climática en la cuenca del río Sinú, en el norte del país, departamento de Córdoba, en un periodo de 40 años, nada menos que la oferta hídrica.
Las aguas de este río se usan tanto para consumo humano como para actividades agropecuarias e industriales, entre otras.
¿Qué halló? Que la falta de agua en la cuenca del Sinú pasó de 10 a 30 % anual entre 1981 y 2010, siendo febrero el mes más crítico por la disminución notable de las lluvias.
El investigador identificó los cambios en las precipitaciones y el caudal del río, así como sus relaciones con el fenómeno ENSO (El Niño y La Niña) y la operación del embalse Urrá.
Se destaca la disminución en la disponibilidad de agua en la cuenca. "Al observar las gráficas notamos una gran diferencia entre las condiciones antes y después del embalse. Aunque en el periodo preembalse la cuenca alcanzaba valores de déficit hídrico anual cercanos al 10 %, en el periodo postembalse alcanza valores cercanos al 30 %", dijo.
Las cifras muestran el efecto sinérgico de la operación del embalse y el cambio climático detectado mediante las tendencias negativas de lluvia en diferentes porciones de la cuenca.
En la parte alta del Sinú, el tiempo medio de respuesta es de 3 a 5 días (lo que tarde el agua en llegar a un punto), siendo de 11 días en El Niño y de solo 1 día en La Niña, valores necesarios para tomar decisiones frente a las obras hidráulicas.
En periodos El Niño se reduce la generación de energía, asociándose con la disminución de los aportes al embalse.
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