No quedó ni rastro de lo que fue. Fue consumido por su madre, por su estrella madre. Astrónomso observaron por primera vez un planeta que fue devorado por su estrella, una estrella en la fase final de su vida.
Es lo que, posiblemente, sucederá con la Tierra en unos 5 000 millones de años. La estrella, al final de la vida, creció en tamaño, como una gigante roja y se fue tragando el planeta, del tamaño de Júpiter, que cayó dentro de la estrella como lo hace asteroide. Un proceso en el cual fue tragándose su materia.
Los astrónomos percibieron cuando la estrella aumentó 100 veces su brillo durante una semana, el momento en el cual lo que quedaba del planeta cayó en ella.
Lo que sucedió fue plasmado en un artículo publicado en Nature. Cuando una estrella envejece, ya hacia el final de su vida, crece de tamaño y si hay planetas cerca los engulle. Sucederá con el Sol y seguramente los planetas Mercurio y Venus y tal vez con la Tierra, que desaparecerán.
Esa fase de estrella moribunda, de una gigante roja, puede durar unos 100 000 años. Cuando se expandió, su atmósfera externa seguramente cubrió al planeta, hizo que mermara su movimiento, se redujo su órbita y cayó debajo de la atmósfera visible.
La observación fue posible con la sonda espacial Neowise (Near Earth Object Wide Field Infrared Survey Explorer), de la Nasa. El estudio fue conducido por Kishalay De, astrónomo del Massachusetts Institute of Technology en Cambridge.
El desafortunado planeta, que dado su tamaño y órbita, no podría haber tenido vida, orbitaba de su sol más cerca de lo que lo hace Mercurio de nuestra estrella.
La detección se dio por casualidad. De buscaba eventos llamados novas, cuando una estrella muerta, una enana blanca canibaliza gas de otra estrella cercana, eventos que siempre están rodeados de flujos de gas caliente, pero observaciones siguientes de otros telescopios en la superficie terrestre mostraron mucho gas frío y polvo alrededor de la estrella, sugiriendo que no era una nova sino algo más.
Así que recurrieron al Neowise. Los datos revelaron que la estrella brilló un año antes de que se detectara el gran destello, brillo que revela la presencia de gas (que emite luz infrarroja) alrededor de la estrella. Para De y colegas, el planeta no cayó hacia su estrella 'sin dar la pelea' y también halando el gas caliente fuera de la superficie estelar cuando caía en espiral hacia ella. Cuando el gas salió al espacio se pudo enfriar y convertir en polvo, como el vapor de agua convertido en nieve.. Mucho más gas voló al espacio durante la colisión, produciendo más polvo visible a telescopios en tierra y a Neowise.
Pocos eventos en el universo brillan en infrarrojo y luego en luz visible, explicó De. El hecho de que Neowise hubiera observado la estrella un año antes fue clave para descifrar de qué se trataba.
Esa posiblemente, será la suerte de la Tierra. Claro, ya para entonces la vida acá se habrá extinguido tras un proceso con distintas situaciones que tornarían el planeta inhabitable.
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