lunes, 8 de mayo de 2023

Exitosa operación en el cráneo de un feto

El feto siendo intervenido en el cráneo. Foto MIT


Una niña, hoy de pocas semanas, recibió un tratamiento que no se había hecho: una cirugía de su cerebro mientras estaba todavía en el útero. En ecografías de monitoreo habían observado una extraña condición que amenazaba su vida, la malformación de la vena de Galen, que se presenta cuando la vena se conecta con la arteria en el cerebro, dos tipos de conductos que deben estar separados, porque mientras la arteria transporta un flujo de alta presión de sangre oxigenada desde el corazón, la vena porta sangre a baja presión en sentido contrario.

Cuando se da la condición, la vena se infla como un globo por la mayor presión que recibe de la arteria, generando no solo serios problemas al robar sangre a la circulación sino que el cerebro puede quedar sin oxígeno causando daño cerebral y puede presentarse sangrado en el vital órgano. Además esa presión adicional puede conducir a daño cardiaco.

 Para tratar de salvar la situación, y la vida de la futura bebé, los médicos del Boston Children's Hospital y Brigham and Women's Hospital procedieron a la intervención con el grupo del doctor Darren Orbach, especialista en niños con esa condición.

La operación se hizo el pasado 15 de marzo, cuando el feto tenía 34 semanas. Primero, se puso anestesia espinal a la madre para que no sintiera la parte inferior del cuerpo. Estuvo despierta durante las dos horas de la intervención, con audífonos escuchando música.

Luego movieron el feto en el útero para asegurarse que la cabeza pudiera ser accedida desde el frente. Con ultrasonido se ayudaron para guiar una aguja a través del abdomen de la madre, la pared del útero y el cráneo del feto hacia la malformación en el cerebro. Mediante un catéter a través de la aguja enviaron unos pequeños rollos platino a la bomba llena de sangre. Una vez allí se expandieron ayudando a bloquear el punto donde la arteria se juntaba con la vena. Todo el tiempo se monitoreo el flujo de sangre en el cerebro. 

La bebé nació sana dos días después. No necesitó ningún tratamiento para la malformación, su cerebro luce perfecto, dijo Orbach.

El caso fue publicado en el journal Stroke.

"Esta es  una solución muy elegante y emocionante para un problema difícil", dijo Ibrahim Jalloh, neurocirujano de Cambridge University, quien no participó de la intervención, citado en una nota del MIT.

Los científicos y médicos creen que operaciones de este tipo podrían ser útiles para tratar otras condiciones en fetos.

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