Primero los humanos se creían seres especiales y cada día se demuestran capacidades en animales no humanos que creíamos exclusivas nuestras. También se decía que como la Tierra, ningún planeta, y si bien es cierto que no se ha hallado vida en otro mundo, se han descubierto planetas rocosos del tamaño del nuestro. Ahora un nuevo estudio demuestra que nuestra galaxia no tiene nada de especial y se parece a otras de su forma elíptica.
Mirando a través del gas y el polvo dispersos por la Vía Láctea astrónomos descubrieron que el núcleo es menos denso de lo pensado en un comienzo.
Esta remodelación hace nuestra galaxia menos extraña o única, según Gail Zasowski, astrónomo en la University of Utah. Las estrellas y otros componentes parecían más compactos que en galaxias similares a la nuestra que los científicos habían logrado ver y medir. Esas mediciones indicaban que era pequeña y 'tierna', pero quedaban dudas de porqué era diferente.
Ahora Zasowski y colegas hicieron su revisión galáctica midiendo la ubicación y distancia a casi un cuarto de millón de estrellas gigantes rojas, que son estrellas viejas y masivas, usando dados del experimento Apogee del Observatorio Apache en Nievo México, Estados Unidos, que con su visión en infrarrojo puede detectar muy bien esos cuerpos.
Así lograron determinar que el centro no está tan densamente empaquetado como asumían los modelos y si la materia en la galaxia no está apiñada en el centro significa que está más diseminada de lo que se creía.
El hallazgo sugiere además que la masa es menor de la estimada hasta ahora y que debe contener más materia oscura de lo que originalmente se pensaba, resumió Jianhui Lian, coautor, de Yunnan University en Kunming, China.
El estudio fue presentado en Nature Astronomy.
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