martes, 9 de julio de 2024

Científicos curiosos detectan centro de la curiosidad en el cerebro

La curiosidad tiene raíces muy profundas en la biología animal. Foto Flickr


Dicen que la curiosidad mató al gato, pero es la que ha logrado que los humanos avancen y se amolden a nuevos ambientes y circunstancias. Ahora neurocientíficos establecieron dónde queda el centro de la curiosidad en el cerebro y lo contaron en el Journal of Neuroscience.

"La curiosidad tiene orígenes biológicos profundos", dijo la autora Jacqueline Gottlieb, del Zuckerman Institute. El primer beneficio evolutivo de ella es alentar a los seres vivos a explorar su mundo de formas que ayuden en su supervivencia, agregó.

Pero en los humanos va más allá, llevándonos a explorar más ampliamente y a menudo porque queremos averiguar cosas, no solo por supervivencia y eso conduce a una mayor creatividad.

Pues bien, para conocer dónde reside la curiosidad en el cerebro, trabajaron con 32 voluntarios a los que se les midieron los cambios en los niveles de oxígeno en la sangre, así registraron cuánto oxígeno consumían las distintas áreas del cerebro mientras veían unas imágenes.

Estas eran imágenes de objetos, como un sombrero, un tanque, o hasta una rana, distorsionadas hasta cierto punto para hacer más difícil su reconocimiento. Y se les pidió que manifestaran su confianza y curiosidad con cada imagen, hallando que estaba inversamente relacionada: a mayor confianza en lo que descifraban de la imagen, menor curiosidad.

Mediante imágenes de resonancia magnética se midió entonces el oxígeno y se encontró que con una mayor curiosidad se activaba la corteza occipitotemporal, una región localizada justo encima de los oídos.

Cuando se mostraban más confiados sobre el reconocimiento de la imagen se activaban más otras dos regiones, la corteza cingulada, que estudios previos han relacionado con la reunión de información, la otra la corteza ventromedial prefrontal, relacionada con el monitoreo de las percepciones subjetivas de la persona.

Para Gottlied aunque el estudio se hizo sobre la curiosidad visual, podría responder también por otras formas de curiosidad, como aquella sobre asuntos triviales o temas factuales. 


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