Cuando está en sus etapas tempranas no produce síntomas, pero ahí sigue. Y no es un mal menor. Las nuevas estimaciones sobre su incidencia generan inquietud: unas 788 millones de personas en todo el mundo padecen enfermedad renal, una disminución en el funcionamiento de los riñones. En 1990 eran 378 millones.
De tratarse a tiempo, las expectativas son mejores., Hay exámenes para detectarlas y medicinas para tratar la condición, no siempre del acceso de todos. Por eso hoy la insuficiencia renal está entre las 10 principales causas de muerte en el planeta.
Que de algo hay que morir se escucha, pero no resulta nada agradable tener que someterse a diálisis, terapia de remplazo renal o a un trasplante.
El nuevo estudio, publicado en The Lancet, fue elaborado por NYU Langone Health, la University of Glasgow (Escocia) y el Institute for Health Metrics and Evaluation (HME) en la University of Washington.
Cerca del 14 % de los adultos la padecen y 1.5 millones de personas murieron por ella en 2023, 6 % más que n 1993.
Joseph Coresh, uno de los autores, del NYU Langone, dijo que "Nuestro trabajo muestra que la enfermedad renal crónica es común, mortal y está empeorando como problema de salud pública".
Esta enfermedad es un gran contribuyente a enfermedad cardiovascular, respondiendo por el 12 % de las muertes por esta causa.
¿Qué conduce a esta epidemia? Se identificaron tres grandes factores de riesgo: azúcar alta en la sangre, presión sanguínea elevada y un alto índice de masa corporal. Todos factores prevenibles.
Para acabar de ajustar, el acceso a los tratamientos es desigual. En países del sur de Asia, partes del Subsahara y Latinoamérica muchas personas no reciben diálisis ni trasplante, tampoco acceso a las nuevas medicinas introducidas en los últimos cinco años, que retrasan el progreso de la enfermedad y disninuyen la posibilidad de infarto, derrame o falla cardiaca.

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