A veces, algunas madres animales matan a sus hijos, lo raro es que estos maten a su madre. Pero sucede. Y la trama de lo que sucede en esta historia parece una novela de misterio.
En este caso, está resuelto el 'crimen', de acuerdo con un estudio publicado en Current Biology.
Las hormigas obreras son inducidas a cometer matricidio, tal vez un magnicidio al matar a su reina, un plan 'orquestado' por una invasora.
Resulta que una reina ajena al nido, bien de la especie Lasius orientalis o L.umbratus ingresa a la colonia de L. flavus o L. japonicus. Keizo Takasuka, de Kiushu University en Japón, autor, dice que "Las hormigas viven en el mundo del olor". Y luego explica que "Antes de infiltrar el nido, la reina parásita de modo subrepticio adquiere el olor de la colonia en su cuerpo de las obreras que trabajan afuera de modo que no es reconocida como enemiga".
Una vez ingresa a la colonia ajena ataca la reina de esta rociándole desde una abertura que tiene lo que parece ser ácido fórmico.
Takasuka explica que "Las parásitas explotan la capacidad de reconocer olores, creemos, pues al rociar ácido fórmico disfraza el olor normal de la reina con uno repugnante. Esto hace que las hijas, que normalmente protegen a su reina madre, la ataquen como una enemiga".
La parásita con rapidez sale del nido para que no le huelan de pronto algún residuo de ácido que haría que la atacasen también.
Repite la acción cuantas veces sean necesarias hasta que muera la reina. Entonces, en el vacío de poder comienza a poner huevos asumiendo el reinado. Las obreras, de modo sorprendente, aceptan el nuevo régimen, atendiendo los huevos y a la nueva reina usurpadora.

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