Atención a paciente por Covid_19 en el barco hospital USNS Mercy. Foto US Navy
Una enfermedad pulmonar se decía. Y lo sigue siendo. Pero no son los únicos órganos: corazón, riñones, hígado, intestinos son otros que sucumben, fuera de reacciones extrañas como la tormenta de citoquinas, una respuesta exagerada del sistema inmunitario que se vuelve contra la misma persona.
"Puede atacar casi todo en el cuerpo con consecuencias devastadoras", afirmó el cardiólogo Harlan Krumholz, de Yale University, citado por Science.
Entonces, ¿cómo mata el Covid_19?
La respuesta sigue siendo elusiva pese a los casi 1000 artículos científicos que cada semana aparecen sobre la enfermedad y el virus, que actúa como ningún otro patógeno que haya sufrido la humanidad.
Y aunque solo 5 % de los contagiados caen gravemente enfermos, la preocupación es manifiesta entre médicos y científicos.
Tras entrar por nariz y garganta, donde hay muchas células que le sirven de receptoras, a las que toma control de su funcionamiento. Si el sistema inmunitario no logra ponerlo a raya, el próximo paso son los pulmones.
La batalla prosigue allí, afectándose la transferencia de oxígeno. Los glóbulos blancos liberan quimioquinas, moléculas inflamatorias que ayudan a combatir el virus y matan células secuestradas por este, dejando un fluido de células muertas, pus. Es la patología detrás de la neumonía.
Algunos se recuperan, otros pacientes no lo logran. El oxígeno escasea y se hace difícil respirar con los alvéolos llenos de ese líquido, deben conectarse a respíradores y muchos mueren.
La respuesta del cuerpo, parece, está dañando otros órganos. En algunos casos puede darse la llamada tormenta de citoquinas, liberadas exageradamente por el sistema inmunitario afectan órganos y la situación puede empeorar en algunos pacientes.
Aparece el corazón como otro afectado directo. Un estudio en Jama mostró que 20 % de los pacientes estudiados en Wuhan, epicentro de la pandemia, presentaban daño cardiaco. Otra investigación reveló arritmia en 44 % de los pacientes.
Las alteraciones se extienden a la sangre. En Holanda, 38 % de pacientes en UCI presentaban coagulación anormal y un tercio de 184 enfermos tenía coágulos según el estudio en Thrombosis Research.
Esos coágulos pueden ir a los pulmones provocando embolismo pulmonar o al cerebro causando derrame.
Para Behnood Bikdeli, cardiólogo de Columbia University Medical Center, mientras más estudian más se convencen de que los coágulos son un actor importante en la severidad de la enfermedad y en la mortalidad.
La constricción de vasos sanguíneos en los pulmones explicaría casos reportados de niveles extremadamente bajos de oxígeno pese a lo cual la persona no presentaba problemas respiratorios serios.
Al atacar los vasos, se entendería por qué personas con diabetes e hipertensión arterial tienen un riesgo más alto de agravarse y morir.
No se sabe si es el virus el que afecta al sistema cardiaco o es la respuesta del organismo.
Muchos otros pacientes no están muriendo por falla pulmonar sino... renal. En Wuhan, de 85 hospitalizados, 27 % tenía falla renal. Otro estudio con 2200, mostró que 60 % tenían coágulos y proteína en la orina, señales de problemas del riñón.
El virus puede enfocarse en los pulmones, pero una parte podría ir a los riñones, sugieren especialistas.
Y hay otro campo de batalla bien complicado. Del 5 al 10 % de pacientes con coronavirus requieren asistencia de neurólogo. Algunos sufren convulsiones, otros pierden la conciencia brevemente y muchos los sentidos del olfato y el gusto. Todo esto relacionado con el cerebro.
No se sabe bien cómo entra el virus al cerebro. Podría ser por el fluido cerebroespinal por la corteza neural o el tallo cerebral. Es incierto.
Y el virus no se queda quieto. Cada vez hay más evidencias de que puede atacar el revestimiento del tracto digestivo bajo. De ahí que muchos pacientes presenten diarrea: hasta el 50 % de los infectados, con promedio del 20 %.
Esto sugiere que podría estar presente en las heces, pero hasta hoy no hay evidencia de transmisión fecal.
Se observa pues, una situación muy complicada en los pacientes que enferman gravemente, sin saberse hoy a ciencia cierta cómo se producen todos estos daños.
No es fácil tratar los enfermos y que salgan adelante. Como se observa en los porcentajes, no todos tienen fallas en diferentes órganos pero que el virus ataque tantos indica que los médicos deben estar muy alertas a múltiples señales.
Fuentes: Live Science -ScienceMag
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