miércoles, 4 de septiembre de 2024

Prohibir amistades no parece lo mejor: estudio

Prohibir una amistad a los niños y jóvenes puede ser contraindicado. Los padres deberían buscar otras alternativas. Foto Pexels


El cuadro no es escaso. Sucede con mucha frecuencia: padres, en particular madres, que desaconsejan a sus hijos andar con cierta amistad. O se los prohíben. Bien porque sean muy díscolos o presenten conductas antisociales y de pronto hasta delincuenciales.

Un estudio en The Journal of Child Psychology and Psyciatry sugiere que es contraproducente y que deberían optar por otras soluciones.

Contraproducente porque afecta las relaciones del niño o adolescente con sus pares y esto puede exacerbar problemas que se quieren evitar.

El estudio se hizo con 292 muchachos y 270 muchachas, con participación de  Brett Laursen, de Florida Atlantic University, y colegas en Mykolas Romeris University en Vilna, Lituania. A aquellos se les aplicaron encuestas al inicio, mitad y final del año.

Los resultados revelaron que los esfuerzos maternos para intervenir en relaciones problemáticas de los niños y jóvenes prohibiendo la amistad, se convertían en un bumerán. Así se empeoraban los problemas de comportamiento. En específico, las madres que respondían a los problemas de comportamiento con expresiones de desaprobación de los amigos dañaban las relaciones del hijo con los demás.

Esa desaprobación materna puede incidir en que se genere una reacción negativa de todos los amigos.

"Los jóvenes pueden reportar las restricciones y sus razones a los amigos. O las madres pueden expresar su desaprobación directamente a los amigos. Ninguna, es probable, que sea bien recibida por los receptores. Los amigos pueden responder difundiendo el desprecio o el ridículo en todo el grupo de pares. Es probable que las oportunidades sociales se debiliten a medida que los pares evitan relacionarse con alguien que se describe como poco popular", expresó Laursen.

Está además la posibilidad de que las madres tengan éxito en la interrupción de la amistad.

“Los padres deberían considerar alternativas positivas a la prohibición de tener amigos”, dijo Laursen. “Concéntrese en mantener relaciones positivas con los niños, porque el calor y el apoyo pueden ser amortiguadores efectivos contra la presión de grupo problemática, potencialmente interrumpiendo la espiral descendente de problemas con los pares y dificultades de adaptación”.

Los investigadores también sugieren que los padres pueden crear oportunidades para la interacción constructiva con los pares en entornos supervisados ​​y alentar la participación en clubes y actividades patrocinados por adultos, que potencialmente limitan el comportamiento desviado.

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