Uno creería que tiburón no come tiburón, pero parece que sí. Al menos científicos le están echando la culpa a algún tiburón de haberse comido una hembra tiburón cailón (Lamna nasus) que estaba preñada y así se publicó en Frontiers in Marine Science.
Resulta que la hembra y otros tiburones de la especie fueron marcados en Cape Cod, Massachusetts con transmisores para conocer mejor su migración. Estos son tiburones del Atlántico y el Pacífico Sur, así como del Mediterráneo, miden hasta 3,7 metros y pesan hasta 230 kilos, con un ciclo de vida de entre 30 y 65 años. Las hembras solo pueden reproducirse luego de los 13 años de edad y dan a luz unas 4 crías cada uno o dos años, tras un periodo de gestación de ocho a nueve meses.
Por su lento ciclo reproductivo no logran recuperarse de la pesca recreativa, la pesca incidental, la pérdida y degradación de hábitats, y por eso están en la lista de especies en peligro de la IUCN.
¿Pero por qué sostienen que se la comió otro tiburón? Pues el transmisor que le instalaron comenzó a transmitir desde Bermudas 158 días tras la liberación de la hembra, indicando que el equipo debía estar en superficie y comenzó a transmitir datos de los cinco meses, pero desde el 24 de marzo de 2021 y por cuatro se mantuvo en un rango de profundidad cuya única explicación era que la hembra había sido cazada por algún depredador y luego excretado por el comensal marino.
Los científicos marinos expresaron que solo dos especies en la zona pudieron atacar la hembra: el tiburón blanco Carcharodon carcharias o el tiburón mako Isurus oxyrhinchus. Pero por características un tiburón blanco debió ser el culpable.
Para los investigadores es el primer caso que se documenta de depredación que sufre un tiburón cailón.
¿Por qué sucedió? No se sabe, tampoco si es un hecho común.
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