Aunque los cometas son como los gatos, impredecibles, el A3 Tsuchinshan-Atlas podría ser el gran evento astronómico de este año. Si se comporta bien, como hasta ahora.
El cometa está llegando a su punto de máximo acercamiento al Sol y hoy, poco antes del amanecer desde nuestra posición, en sitios muy oscuros se puede ver con el ojo desnudo. Está cerca del pequeño planeta Mercurio.
En el máximo acercamiento a nuestra estrella, el viernes 27 y siguientes, podría ser mucho más visible, pero hay que saberlo buscar bien antecitos de que se haga la luz del día.
Si se sigue comportando bien, hacia el 12 de octubre, máximo acercamiento a la Tierra, sería mucho más brillante para observar sin problemas en zonas oscuras. Ya para esos días el cometa aparecerá apenas anochezca en la constelación Leo, cerca de la Hidra y el Cráter.
No solo debe portarse bien, como el gato, sino que otra gran interrogante es si sobrevivirá en su punto de máximo acercamiento al Sol. Ha habido cometas que prometían mucho pero se partieron en pedazos al acercarse a la estrella.
Este objeto, compuesto de polvo y hielo, es un residuo de la formación del Sistema Solar. El A3 proviene de la nube de Oort, la región más lejana del Sistema. Da una vuelta alrededor del Sol cada 80 660 años, según la trayectoria que se ha observado.
Su nombre se deriva del Asteroide Terrestrial-impact Last Alert System (Atlas) en Sudáfrica, que lo descubrió en febrero 22 de 2023, peor un mes antes, el 9 de enero, había sido observado en el Observatorio Tsuchinshan en China. En ese momento se hallaba a más de 1050 millones de kilómetros de nosotros.
El cometa se está moviendo a una velocidad de 290664 kilómetros por hora, o 80.74 por segundo. Se mueve tan rápido que uno podría ver cómo en solo 15 minutos cambia de posición con respecto a las estrellas de fondo.
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