Aunque en varias partes del planeta se han intensificado los desastres relacionados con el agua, como tormentas e inundaciones, la realidad es que hoy solo 22.4 % de la superficie terrestre no está sometida a sequías casi permanentes.
Esa es la realidad mostrada por la Convención para Combatir la Desertificación de Naciones Unidas. Es que 77.6 % de la superficie ha experimentado condiciones más secas durante las tres décadas últimas (hasta 2020) en comparación con los 30 años anteriores a ese periodo.
Las cifras son dramáticas. En las mismas tres últimas décadas las tierras secas se expandieron 4.3 millones de kilómetros cuadrados -un área casi tan grande como India, el séptimo país más grande- y ahora cubren 40.6 % de la superficie, excluyendo a la Antártida.
En las décadas recientes un 7.6 % de las tierras globales-un área mayor a Canadá- atravesaron umbrales de aridez, es decir pasaron de tierras no secas a secas, o de clase de tierras secas menos áridas a clases más áridas.
La mayoría de esas tierras pasaron de ser paisajes húmedos a ser tierras secas, con consecuencias nefastas para la agricultura, los ecosistemas y las personas que viven en ellas.
La investigación advierte que, si el mundo no logra frenar las emisiones de gases de invernadero, otro 3 % de las áreas húmedas del mundo se convertirán en tierras secas para fines de este siglo.
Para Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la Convención, "Este análisis disipa finalmente una incertidumbre que ha rodeado durante mucho tiempo las tendencias de sequía local. Por primera vez la crisis de aridez ha sido documentada con claridad científica, revelando una amenaza existencial que afecta a miles de millones de personas en todo el mundo".
Añade que "A diferencia de las sequías (periodos temporales de escasas precipitaciones), la aridez representa una transformación permanente e implacable". Y explicó que "Las sequías terminan. Sin embargo, cuando el clima de una zona se vuelve más seco, se pierde la capacidad de volver a las condiciones anteriores. Los climas más secos que ahora afectan a vastas tierras en todo el mundo no volverán a ser como eran y este cambio está redefiniendo la vida en la Tierra".
Las áreas más duramente golpeadas por la tendencia seca incluyen casi toda Europa (95.9%), partes de Estados Unidos occidental, Brasil, partes de Asia (notablemente Asia oriental) y África central.
En contraste, menos de un cuarto de la tierra del planeta (22.4%) experimentó condiciones más húmedas, con áreas en el centro de Estados Unidos, costa atlántica de Angola y partes del sudeste de Asia con ganancias en humedad.
Sudán del Sur y Tanzania son las naciones con el más alto porcentaje de tierra en transición a zonas secas, y China como el país que experimenta el área más grande en cambio de no secas a secas.
En las zonas secas viven 2300 millones de personas y requerirán adaptarse a las nuevas condiciones.
La aridez es considerada una de las cinco causas más importantes de degradación de la tierra (junto a la erosión, salinización, pérdida de carbono orgánico y degradación de la vegetación).
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