jueves, 3 de mayo de 2007

La ciencia es pura música-Science has its musical notes

La ciencia es música al oído de los científicos. Pero ahora lo será para cualquier persona. Miremos esta noticia de ciencia:
Biólogos convirtieron secuencias de proteínas en música clásica, en un intento por ayudar a científicos con limitaciones de los ojos e impulsar la popularidad de la biología genómica.
Una investigación publicada en el journal de público acceso Genome Biology describe cómo los investigadores encontraron una manera de presentar las proteínas humanas como notas musicales.
Rie Takahashi y Jeffrey H. Miller, de la Universidad de California en Los Ángeles, han trascrito hasta ahora segmentos de dos proteínas humanas a música. Para hacer la melodía más agradable al oído, tuvieron primero que solucionar algunos problemas: cómo incorporar el ritmo y cómo acomodar los 20 aminoácidos estándar (los bloques constitutivos de las proteínas) en 13 sólo notas.
El dúo se enfocó en los codones –conjuntos de tres bases adyacentes que codifican para un aminoácido particular. Decidieron luego incluir cuatro notas de diferente duración con los codones que aparecían trascritas con mayor frecuencia en notas más largas que aquellos que aparecían menos. Los aminoácidos individuales están expresados como acordes, en los cuales aminoácidos similares fueron emparejados. Por ejemplo, los aminoácidos tirosina y fenilalanina fueron asignados a un mayor acorde G, pero pueden ser distinguidos porque las notas en el acorde están arregladas diferentemente. Esto significa que la música resultante tiene un rango de 20 notas dispuestas en dos octavos, pero con sólo 13 notas base.


Science can be a good song
Science is music to the ear of the scientists. But now it will be for any person. Let us watch this news of science
Biologists have converted protein sequences into classic music, in an attempt to help vision-impaired scientists and to boost the popularity of Genomic Biology. A research published in the journal of public access Genome Biology describes how the nvestigators found a way to present human proteins like musical notes.
Rie Takahashi and Jeffrey H. Miller, of the University of California, Los Angeles, have transcribed until now segments of two human proteins to music. In order to make melodies more pleasaning to the ear, they first had that to solve some problems: how to incorporate rythm and how to cram the 20 standard amino acids (the constituent blocks of proteins) in only 13 notes.
The duo focused on codons - set of three adjacent bases that code for particular amino acids. They soon decided to include four notes of different duration with codons that appear most frequently transcribed in notes longer, than those than appeared less. The individual amino acids are expressed as chords, in which similar amino acids were matched. For example, the amino acids tyrosine and phenylalanine are both assigned a G major chord, but they can be distinguished because the notes in the chord are arranged differently. This means that resulting music has a 20 note range spanning over 2 octaves, but with just 13 notes bases.

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