Qué delicioso sentir el olor que desprende un apetitoso plato. El caso de los tiburones no es diferente, aunque sí sorprendente.
Los tiburones son conocidos por tener un afinado sentido del olfato, que en muchas especies es crítico para hallar el alimento. Sin embargo, según una nueva investigación de biólogos marinos de la Universidad de Boston, no pueden emplear solo su nariz para localizar sus presas. También requieren su piel, específicamente una zona llamada la línea lateral, que es un órgano utilizado por todos los peces para detectar, con sensibilidad extrema, el movimiento y la vibración en el agua de los alrededores.
De acuerdo con el equipo de investigadores, es similar a como los humanos pueden sentir las corrientes de aire con los pequeños cabellos en su rostro. Hasta ahora no se había demostrado que esa línea ayudaba en el rastreo de plumas de olores.
Esas plumas, dijo Jlle Atema, profesor de Biología y co-autor del estudio, son estructuras complejas, dinámicas y tri-dimensionales usadas por muchas especies animales para localizar alimento, parejas y sitios para vivir. Sin embargo, el olor en sí no tiene propiedades direccionales, por lo que los animales deben empelar una variedad de sentidos para obtener la información direccional de un olor.
Los resultados aparecerán en la edición de junio del Journal of Experimental Biology.
How do sharks smell?
It is delicious to feel the scent that gives off an appetizing plate. The case of the sharks is not different, although yes surprising.The sharks are known to have a keen sense of smell, that in many species is critical to find the food. Nevertheless, according to a new research of marine biologists of Boston University, they cannot use only their nose to locate their prey. Also they require his skin, specifically a zone called the lateral line, that are an organ used by all the fish to detect, with extreme sensitivity, the movement and the vibration in the surrounding water.In agreement with the team of researchers, is similar to how humans can feel the airflows with the small hair in their face. Until now, it had no been demonstrated that this line aids in the tracking of odor plumes.Those plumes, said Jlle Atema, professor of Biology and co-author of the study, are complex, dynamic and three-dimensional structures used by many animal species to locate food, mates and home sites. Nevertheless, odor itself does not have directional properties, reason why the animal must use a variety of senses to obtain the directional data of a odor.The results will appear in the June edition of the Journal of Experimental Biology.
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